L D (EFE) Los 179 miembros de la Asamblea General, en la que están representados todos los estamentos del fútbol, están citados a las urnas a las 11.00 horas en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Los asambleístas, que desde las 09.30 tendrán a su disposición los sobres y las papeletas, serán llamados por orden alfabético para emitir su voto, que será secreto y presencial, ya que no cabe el sufragio por correo, ni la delegación de voto. Los pronunciamientos a favor de la candidatura de Gerardo González de las Ligas de Fútbol Profesional y Fútbol Sala y de la Federación Catalana, feudo tradicional de Ángel María Villar, han colaborado a aumentar la incertidumbre del que puede ser el resultado de unas elecciones, vividas con intensidad desde hace muchos meses y convocadas oficialmente el 3 de septiembre.
El despido de Gerardo González como secretario general de la RFEF en enero de 2003 puede considerarse el punto de partida de un proceso, marcado por la denuncia del supuesto uso incorrecto de los fondos de la RFEF, que ha llevado a la imputación de los vicepresidentes Juan Padrón y Juan Espino -que dimitió en febrero de 2003-, el tesorero, José María Castillón, y el miembro de la directiva, Antonio Borrás. La instrucción judicial, todavía no resuelta, paralizó los procedimientos iniciados entonces desde el Consejo Superior de Deportes (CSD), que decidió suspender la subvención pública a la RFEF durante el mandato de Juan Antonio Gómez-Angulo y que ha mantenido su sucesor, Jaime Lissavetzky.
La entrada en el caso del Tribunal de Cuentas y de la Fiscalía Anticorrupción ensombreció la condición en la que podría concurrir a los comicios Ángel María Villar, que sólo en su primera elección en 1988 tuvo rival en la carrera por la presidencia en la figura de Eduardo Herrera, presidente de la Federación Andaluza y ahora en la trastienda de la candidatura de Gerardo González Los dieciséis años de experiencia al frente de la RFEF y la petición del "fútbol español" para que siga son los argumentos esgrimidos por Villar para optar a la reelección, pese al "programa de descrédito" que se ha hecho de su persona durante dos años, según sus palabras.
La necesidad de modernizar y aportar aire fresco a la RFEF es el mensaje lanzado por su principal contrincante, Gerardo González, quien abrió la campaña al anunciar su intención de presentarse en mayo, cinco meses antes de unirse con el que habría sido el cuarto candidato, Gerardo Martínez Retamero, futuro adjunto al presidente para asuntos económicos, en caso de ganar mañana. El "tercer hombre", Sebastián Losada, viejo conocido de los aficionados por su carrera como jugador, acude a los comicios como el rostro más nuevo y más joven y con el mensaje de que él es el verdadero cambio. Con el objetivo cumplido por haber llegado hasta aquí, sus opciones son las más lejanas, pero su empeño puede hacerle un hueco en el nuevo espacio del fútbol.
Este viernes, cuando el presidente de la Mesa Electoral anuncie el resultado de la votación, se pondrá el punto a un proceso que también ha estado salpicado por varias denuncias desde la convocatoria oficial. Entre ellas la del presidente de la Federación Aragonesa, Oscar Fle, fiel seguidor de Gerardo González, tras la designación -por dos veces consecutivas- como miembros de la Junta Electoral de los presidentes de los Comités de Competición, Apelación y Jurisdiccional de la RFEF, que dimitieron después, y del propio González, al considerar que Villar se benefició durante la campaña del cargo de presidente. La alocución del ganador, que necesita obtener mayoría absoluta (la mitad más uno de los votos) para no proceder a una segunda votación en la que basta la mayoría simple, abrirá una nueva etapa en el fútbol español, obligado a conciliar la brecha abierta en estos dos años y a zanjar polémicas como las suscitadas por el cierre incumplido del Nou Camp o los incidentes racistas del España-Inglaterra de hace una semana.
El despido de Gerardo González como secretario general de la RFEF en enero de 2003 puede considerarse el punto de partida de un proceso, marcado por la denuncia del supuesto uso incorrecto de los fondos de la RFEF, que ha llevado a la imputación de los vicepresidentes Juan Padrón y Juan Espino -que dimitió en febrero de 2003-, el tesorero, José María Castillón, y el miembro de la directiva, Antonio Borrás. La instrucción judicial, todavía no resuelta, paralizó los procedimientos iniciados entonces desde el Consejo Superior de Deportes (CSD), que decidió suspender la subvención pública a la RFEF durante el mandato de Juan Antonio Gómez-Angulo y que ha mantenido su sucesor, Jaime Lissavetzky.
La entrada en el caso del Tribunal de Cuentas y de la Fiscalía Anticorrupción ensombreció la condición en la que podría concurrir a los comicios Ángel María Villar, que sólo en su primera elección en 1988 tuvo rival en la carrera por la presidencia en la figura de Eduardo Herrera, presidente de la Federación Andaluza y ahora en la trastienda de la candidatura de Gerardo González Los dieciséis años de experiencia al frente de la RFEF y la petición del "fútbol español" para que siga son los argumentos esgrimidos por Villar para optar a la reelección, pese al "programa de descrédito" que se ha hecho de su persona durante dos años, según sus palabras.
La necesidad de modernizar y aportar aire fresco a la RFEF es el mensaje lanzado por su principal contrincante, Gerardo González, quien abrió la campaña al anunciar su intención de presentarse en mayo, cinco meses antes de unirse con el que habría sido el cuarto candidato, Gerardo Martínez Retamero, futuro adjunto al presidente para asuntos económicos, en caso de ganar mañana. El "tercer hombre", Sebastián Losada, viejo conocido de los aficionados por su carrera como jugador, acude a los comicios como el rostro más nuevo y más joven y con el mensaje de que él es el verdadero cambio. Con el objetivo cumplido por haber llegado hasta aquí, sus opciones son las más lejanas, pero su empeño puede hacerle un hueco en el nuevo espacio del fútbol.
Este viernes, cuando el presidente de la Mesa Electoral anuncie el resultado de la votación, se pondrá el punto a un proceso que también ha estado salpicado por varias denuncias desde la convocatoria oficial. Entre ellas la del presidente de la Federación Aragonesa, Oscar Fle, fiel seguidor de Gerardo González, tras la designación -por dos veces consecutivas- como miembros de la Junta Electoral de los presidentes de los Comités de Competición, Apelación y Jurisdiccional de la RFEF, que dimitieron después, y del propio González, al considerar que Villar se benefició durante la campaña del cargo de presidente. La alocución del ganador, que necesita obtener mayoría absoluta (la mitad más uno de los votos) para no proceder a una segunda votación en la que basta la mayoría simple, abrirá una nueva etapa en el fútbol español, obligado a conciliar la brecha abierta en estos dos años y a zanjar polémicas como las suscitadas por el cierre incumplido del Nou Camp o los incidentes racistas del España-Inglaterra de hace una semana.