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El Estudiantes toma el Saporta y empata la eliminatoria ante el Real Madrid (70-95)

Los play-offs madrileños llegarán, como poco, hasta el cuarto partido tras pasar de nuevo el próximo martes por Vistalegre. Este sábado el Adecco Estudiantes ha logrado una merecida victoria en el Raimundo Saporta por 70-95 y ha puesto la igualada en la eliminatoria. Además, le permitió cortar la racha de cuatro derrotas consecutivas que acumulaban los colegiales frente al Real Madrid.
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L D (EFE) Parece claro que madridistas y colegiales han olvidado su mejor baloncesto en la eliminatoria fraticida. La han atiborrado de rivalidad y de tensión, pero de la que menos gusta, de la tosca. La oportunidad del 2-0, o sea, de la sentencia casi definitiva, presentó un Madrid caótico, que malvivió hasta el descanso gracias al abismal talento del estadounidense Elmer Bennett y el acierto en los tiros libres (13/13) y que se marchó al vestuario con diecisiete puntos de desventaja (34-51).

La amenaza de esa segunda derrota con tintes de cataclismo que pesaba sobre el Estudiantes sentó bien al equipo de José Vicente Hernández. Aunque el estadounidense Corey Brewer tuvo que marcharse muy pronto de la cancha por un golpe en el labio que le hizo sangrar abundantemente, los azules acudieron al parqué con mucha mejor actitud defensiva, con más ambición y, además, con una de las mejores versiones del norteamericano Andrae Patterson que recuerda (diecisiete puntos en la primera parte).

El Madrid anduvo los dos primeros cuartos perdido entre las cuitas del mismo Patterson, Hernán Jasen y alguno más con Antonio Bueno, que inyectaron esa tensión chusca al encuentro, y la inoperancia de ciertos de sus elementos que, en realidad, restan más que suman. El otro que, como Bennett, está siempre con la mente, la ambición y el talento donde deben, Alberto Herreros, volvió a salir al rescate de los suyos en el tercer cuarto. Clavó los dos primeros triples que intentó y empezó a devolver el color al rostro de su equipo, que había tenido diecinueve puntos en contra (34-53).

Herreros enchufó al Madrid y, encima, Felipe Reyes le tiró un capote. Le señalaron una falta en ataque por empujar a Kaspars Kambala, el banquillo colegial le sustituyó y camino de la banda se calentó y empujó de nuevo al letón, lo que le costó una técnica al banco. En esa secuencia de acciones los blancos se colocaron a diez puntos (48-58 m.25). Pero en el Estudiantes había más personal con la actitud necesaria y el acierto oportuno para devolver las aguas a su cauce. Catorce puntos de distancia hacían justicia a la realidad del partido con el último periodo por delante (54-69). El Madrid fue incapaz de rehacerse, de jugar a un nivel aceptable, y los colegiales firmaron el empate sin mayores agobios.

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