L D (EFE) En la jornada en la que el Espanyol conoció que su filial había descendido a la tercera división, el conjunto barcelonés salió de inicio a por el triunfo, y ello motivó, ante un Athletic que se jugaba la posibilidad de entrar en la Intertoto, una entretenida primera parte en la que el fútbol de contención por ambas partes se impuso y hubo escaso juego.
El fútbol de pase y control careció casi por completo, aunque el Athletic fue el que más intención puso, sobre todo por parte de Jonan, Tiko y Urbaiz, cuyas intenciones cayeron repetidamente ante una defensa españolista muy acertada. El Espanyol volvió a tener delante solo a Tamudo, su ariete solitario que también se las vio y deseó para llevarse por piernas a una veloz zaga bilbaína, que lo tuvo bien atado, hasta que Murillo cayó lesionado por un pinchazo en el muslo, precisamente en una carrera con el jugador españolista.
Tamudo fue el protagonista de la primera acción conflictiva dentro de unas de las áreas, cuando se fue al suelo ante la marca de Prieto, quien a los seis minutos le había ganado bien la posición. En la otra acción tensa dentro de unas de las área, Kameni se hizo con balón tras un barullo de empujones y patadas que pudo haber propiciado el gol visitante.
La primera ocasión peligrosa del Espanyol la diseñó en el minuto 20, cuando Alex lanzó una falta directa a la que respondió con una gran intervención Aranzubía. Seis minutos después, el Athletic logró enlazar dos jugadas de ataque, la más clara de gol la que conectó Ezquerro, quien elevó la pelota por encima de la defensa, y que Jonan envió fuera con la izquierda.
En el minuto 35, el Espanyol desniveló el marcador gracias a un nuevo gol del reaparecido Toni Velamazán, en una acción que los jugadores vascos solicitaron fuera de juego. En la reanudación, el Espanyol dejó prácticamente sentenciado el partido al marcar Lopo de cabeza (2-0), tras el lanzamiento de un córner. Minutos después, y ante el desconcierto que había producido el gol españolista, el Espanyol inició un contragolpe que Aranzubía neutralizó con las manos fuera del área, el balón volvió a los pies de Tamudo, quien, ante la ley de la ventaja, envió el balón al palo. El árbitro mostró amarilla al meta vasco.
Ernesto Valverde, quien dirigió al Athletic en su último partido como técnico de la entidad vasco, propuso una solución ofensiva para su equipo en el minuto 60: entraron Yeste y Urzaiz, en lugar de los desafortunados Jonan y Llorente, pero la mejor acción la firmó otro recién aparecido en las filas del Espanyol, el joven Coro, quien tras sortear a diversos defensas cruzó en exceso el balón.
El Espanyol se quedó con diez, tras la expulsión de Jarque al ver la segunda amarilla, pero el Athletic hacía muchos minutos que se había ausentado del partido, en el que no le iba nada, sólo rendir un homenaje a dos de los suyos, Valverde y Ezquerro, que el año que viene ya no estarán en San Mamés.
El fútbol de pase y control careció casi por completo, aunque el Athletic fue el que más intención puso, sobre todo por parte de Jonan, Tiko y Urbaiz, cuyas intenciones cayeron repetidamente ante una defensa españolista muy acertada. El Espanyol volvió a tener delante solo a Tamudo, su ariete solitario que también se las vio y deseó para llevarse por piernas a una veloz zaga bilbaína, que lo tuvo bien atado, hasta que Murillo cayó lesionado por un pinchazo en el muslo, precisamente en una carrera con el jugador españolista.
Tamudo fue el protagonista de la primera acción conflictiva dentro de unas de las áreas, cuando se fue al suelo ante la marca de Prieto, quien a los seis minutos le había ganado bien la posición. En la otra acción tensa dentro de unas de las área, Kameni se hizo con balón tras un barullo de empujones y patadas que pudo haber propiciado el gol visitante.
La primera ocasión peligrosa del Espanyol la diseñó en el minuto 20, cuando Alex lanzó una falta directa a la que respondió con una gran intervención Aranzubía. Seis minutos después, el Athletic logró enlazar dos jugadas de ataque, la más clara de gol la que conectó Ezquerro, quien elevó la pelota por encima de la defensa, y que Jonan envió fuera con la izquierda.
En el minuto 35, el Espanyol desniveló el marcador gracias a un nuevo gol del reaparecido Toni Velamazán, en una acción que los jugadores vascos solicitaron fuera de juego. En la reanudación, el Espanyol dejó prácticamente sentenciado el partido al marcar Lopo de cabeza (2-0), tras el lanzamiento de un córner. Minutos después, y ante el desconcierto que había producido el gol españolista, el Espanyol inició un contragolpe que Aranzubía neutralizó con las manos fuera del área, el balón volvió a los pies de Tamudo, quien, ante la ley de la ventaja, envió el balón al palo. El árbitro mostró amarilla al meta vasco.
Ernesto Valverde, quien dirigió al Athletic en su último partido como técnico de la entidad vasco, propuso una solución ofensiva para su equipo en el minuto 60: entraron Yeste y Urzaiz, en lugar de los desafortunados Jonan y Llorente, pero la mejor acción la firmó otro recién aparecido en las filas del Espanyol, el joven Coro, quien tras sortear a diversos defensas cruzó en exceso el balón.
El Espanyol se quedó con diez, tras la expulsión de Jarque al ver la segunda amarilla, pero el Athletic hacía muchos minutos que se había ausentado del partido, en el que no le iba nada, sólo rendir un homenaje a dos de los suyos, Valverde y Ezquerro, que el año que viene ya no estarán en San Mamés.
Ficha técnica del partido
Athletic Club de Bilbao 0: Aranzubia; Iraola, Murillo (Lacruz, min.37), Prieto, Felipe; Orbaiz, Tiko; Solabarrieta, Jonan (Yeste, min.60), Ezquerro; y Llorente (Urzaiz, min.60).
Goles: 1-0, min.35: Velamazán. 2-0, min.46: Lopo
Árbitro: Lizondo Cortés, del colegio valenciano. Mostró cartulina amarilla a Murillo (min.20), Alex (min.29), Urbaiz (min.34), Tiko (min.37), Jarque (min.40), Soldevilla (min,51), Aranzubía (min.52) y Yeste (min.74). Expulsó a Jarque (min.66), por dos amarillas.
Incidencias: partido correspondiente a la trigésimo octava y última jornada de la Liga, disputado en el estadio Lluís Companys en la montaña de Montjuic de Barcelona ante 41.850 aficionados. El colegiado sufrió un intento de agresión por parte de unos aficionados tras concluir el partido cuando parte de los seguidores españolistas invadieron el campo.