El Espanyol regala un punto a un pésimo Sevilla que no lo mereció

L D (EFE) La formación barcelonesa se situó sobre el terreno con una férrea defensa que en ocasiones acumuló a cinco hombres, de ellos tres para parar por el centro las evoluciones del malí Fred Kanouté y el argentino Javier Saviola, quien debutaba como titular en este encuentro. Eso obligó al Sevilla a tocar mucho el balón en el centro del campo y a adelantar efectivos por las bandas, lo que motivó que se dejaran espacios en la defensa que intentaron ser aprovechados por el Espanyol.

Rebasado en poco el primer cuarto de hora, el conjunto que entrena Miguel Ángel Lotina le sacó rendimiento a su planteamiento y un centro desde la izquierda de Juanfra fue aprovechado por el brasileño Fredson para cabecear al fondo de la meta local ante el despiste de la pareja de centrales. Al minuto, el Sevilla pudo empatar, pero el remate de Saviola ante la salida del meta camerunés Kameni le salió demasiado cruzado en la primera acción peligrosa del conjunto andaluz.

El juego de los de Juande Ramos estuvo muy espeso, ya que el Espanyol, tras el 0-1, controló perfectamente la situación, cerró todos los huecos posibles y se adelantó constantemente a las acciones de creación del equipo rival. La virtud del Sevilla en esta fase fue la constancia en buscar el empate y eso llevó a acrecentar el dominio conforme se acercó el partido al descanso, aunque lo hizo siempre sin precisión y no logró el objetivo.

Juande alineó desde el inicio de la segunda mitad al centrocampista brasileño Renato en lugar del central Javi Navarro con la intención de superar el fuerte dispositivo de contención adversario, pero el Espanyol, con Iván De la Peña dando sentido al fútbol, mantuvo el control de la situación. Además, el serbio Ivica Dragutinovic se lesionó a los sesenta minutos y el Sevilla se quedó sin centrales y con una defensa de circunstancias, algo que propició aún mas el despiste del equipo y los avances con peligro de los periquitos.

El partido entró en su fase final con un Sevilla muy despistado, mermado en la defensa, impreciso en el centro del campo y sin oportunidades en el ataque, y ello provocó un gran enfado de los seguidores. El Espanyol tardó en enterarse de esa circunstancia para sentenciar el choque, lo que le pudo costar caro, porque Kepa, en una ocasión, y Kanouté, en otra, hicieron lucirse a un Kameni que evitó el empate entonces, pero no al final en una desafortunada jugada para los intereses visitantes, ya que Moisés introdujo el balón en su propia portería estableciendo así el empate definitivo.