El Deportivo se lleva un insulso empate de Oporto y da el primer paso hacia la final (0-0)

La trascendencia del primer duelo de la eliminatoria quedaba patente desde el pitido inicial. Hubo mucha tensión y muy poco fútbol. Con ese guión, el equipo de Javier Irureta, más dotado para el espectáculo, fue el más perjudicado. Los gallegos parecieron asustarse por el ímpetu del Oporto, a veces aderezado con grandes dosis de dureza, y no dio muestras de la calidad que atesora. No fue, ni de lejos, aquelSuperdéporque humilló al Milán en Riazor hace dos semanas. Valerón apenas entró en juego, y esa fue la peor noticia para el equipo de Jabo, junto con la tarjeta amarilla que vio Mauro Silva y que le impedirá jugar el encuentro de vuelta, y la roja que le mostraron a Andrade y que podría dejarle fuera incluso de la final si el Deportivo supera la eliminatoria.

Sin la magia de Valerón, con Pandiani muy aislado arriba y Albert Luque poco inspirado, el Deportivo se quedó sin armas para hacerle daño a su rival. Lo que sí hizo bien el conjunto coruñés fue defenderse, pero también es cierto que el Oporto no le creó demasiados problemas. Sin obsesión por atacar a pesar de actuar antes sus aficionados, con un juego muy lento y repleto de pases horizontales, los dragones ofrecieron una primera mitad mediocre. Fueron los dueños del balón, pero de poco les sirvió. Su director de orquesta, Deco, no ofreció ni una sola nota de calidad y la sinfonía que interpretó el Oporto antes del descanso no entusiasmó a nadie. No disparó ni una sola vez entre los tres palos durante el primer tiempo, igual que el Deportivo, con lo que Vitor Baía y Molina trabajaron menos de lo esperado.

El Deportivo afrontó la segunda parte sin Luque, lesionado al filo del descanso, y su lugar lo ocupó Fran. Mourinho dio entrada a Jankauskas, en sustitución de Aletnichev, y Pedro Mendes, por Costinha. El equipo español no mejoró demasiado. El Oporto, sin hacer un fútbol brillante, al menos fue más fuerte en ataque, incrementó su dominio y comenzó a acercarse con más intención a la portería de Molina. Un disparo desde fuera del área de Maniche se estrelló en el larguero de la portería deportivista en el minuto 67. Fue la primera ocasión de gol del partido. La participación de Deco en el partido aumentó y su equipo lo notó. Valerón siguió perdido y el Deportivo nunca se sintió cómodo en medio de una pelea que perdía a los puntos. Jankauskas, en el minuto 82, estuvo a punto de batir a Molina con un remate de cabeza que salió fuera por muy poco, pero el Oporto no tuvo pegada y el equipo Irureta se lleva un empate a cero que le sabe a gloria.

 

Oporto, 0:Vitor Baía; Paulo Ferreira, Jorge Costa, Ricardo Carvalho, Nuno Valente; Costinha (Pedro Mendes, m.46); Maniche, Aletnichev (Jankauskas, m.46), Deco; Carlos Alberto y McCarthy (Marco Ferreira, m.70)
Deportivo, 0:Molina; Manuel Pablo, Naybet, Andrade, Romero; Sergio (Duscher, m.79), Mauro Silva; Víctor (César, m.89), Valerón, Luque (Fran, m.45); y Pandiani

Árbitro: Markus Merk (Alemania). Expulsó con tarjeta roja directa a Andrade (m.86) por dar una patada a Deco. Mostró tarjeta amarilla a Carlos Alberto (m.22), Ricardo Carvalho (m.29), Mauro Silva (m.29) y Paulo Ferreira (m.92)
Incidencias: Partido de ida de semifinales de la Liga de Campeones disputado en el Estadio del Dragón ante unos 52.000 espectadores. Cerca de 6.000 hinchas del Deportivo estuvieron en las gradas