El Deportivo rompe su gafe en Riazor y acaba con las esperanzas del Málaga

L D (EFE) El Deportivo llevó al césped la tranquilidad que le pidió Joaquín Caparrós en la pizarra táctica, hasta el punto de dejar en manos del Málaga la iniciativa en el juego y prácticamente despreciar la posesión del balón en los primeros compases del encuentro. Los andaluces se lanzaron a por el partido presionando la salida de los deportivistas y combinando en el centro del campo a través de Juan Rodríguez y del brasileño Bovio, y llevaron más peligro del previsto al área de José Francisco Molina, aunque le faltó definición en el remate.

Y es que los malagueños pudieron, incluso, adelantarse en el marcador antes de los diez minutos de juego con un balón colgado por Duda que a punto estuvo de aprovechar Salva, que se anticipó a la defensa gallega y al portero valenciano, pero remató cruzado. Los coruñeses reaccionaron tímidamente tratando de recuperar el control de la situación, y poco le faltó para encontrarse con un excesivo premio cuando el almeriense Héctor envió el esférico con la espuela al palo de la meta de Arnau.

El Málaga no bajó el ritmo, pero fue demasiado clemente con los deportivistas, a los que les acompañó la fortuna y les ayudó la escasa eficacia de los jugadores del conjunto andaluz, que pudo conseguir una renta suficiente como para llegar con los deberes hechos al descanso. El carrusel de ocasiones de los malagueños comenzó con un fallo clamoroso de Duda a centro de Manu, a los veinte minutos; siguió con una vaselina de Pablo Couñago que se estrelló en el palo; continuó con un potente lanzamiento de Juan Rodríguez que se marchó alto; y acabó con un gran despeje de Molina a lanzamiento de Duda.

Caparrós, desesperado ante los problemas que pasaba su equipo, se decantó por cargarse a la media hora de juego al canario Rubén Castro, que recibió el apoyo de la grada, para dar entrada en el campo al canterano Iago Iglesias. Pero el cambio de jugadores no varió la tónica del partido, y el Málaga, a falta de diez minutos para el descanso, consiguió lo que se merecía, poniéndose por delante en el marcador con una excelente volea de Duda que sorprendió a Molina y se coló por la escuadra de la portería del equipo coruñés.

El conjunto gallego despertó antes del ecuador del partido y dispuso de tres buenas ocasiones para igualar el marcador, pero se encontró con Arnau, que detuvo un remate de cabeza de Juanma y otro de Tristán con el pie, y despejó a córner un disparo de Víctor desde la frontal del área. El Málaga retrasó sus líneas tras el descanso ante el mayor empuje de los de Caparrós, que dejó en la caseta a Sergio para incrementar el número de atacantes con el canterano Francisco Jiménez Xisco, y que se encontró con el empate de la forma más cruel para los andaluces.

Habían pasado diez minutos de la reanudación cuando Víctor colgó con rosca una falta lejana, desde unos veinticinco metros, que nadie llegó a rematar, pero que despistó a Arnau por la acumulación de jugadores en el área malacitana, y que acabó colándose en su portería. Un cuarto de hora después, la situación volvió a repetirse, y el Deportivo remontó el partido con una nueva falta lanzada por el centrocampista blanquiazul que se envenenó y sorprendió a Arnau, que se tragó el centro del madrileño.

El Málaga intentó salvar al menos un punto con la entrada del uruguayo Richard "Chengue" Morales, en tanto que Caparrós optó por reforzar la cobertura con el canario Manuel Pablo García para sumar los tres puntos, que dan mucha vida al Deportivo en la lucha por Europa, en un partido que los andaluces acabaron con dos menos en el descuento.