L D (Europa Press) El octavo puesto en el que terminó el año pasado el equipo, muy lejos siempre de la zona puntera, supuso el fin de la etapa de Jabo Irureta al frente del equipo, pero ahora quiere resurgir de la mano del técnico que llevó al Sevilla a la elite y con el que podría verse las caras en unos meses en la UEFA. Tras apenas una semana de trabajo, los jugadores gallegos coinciden en que la llegada del nuevo técnico ha traído cambios en la forma de trabajo y ni el madrugón ni la lluvia que se ha vivido en algunas jornadas de entrenamiento ha minado la moral del equipo gallego, decidido a congraciarse de nuevo con su público.
No se verán caras nuevas sobre el césped y tampoco estarán jugadores como Luque o Andrade, que han tenido una semana más de vacaciones, o Pandiani, que aún no ha regresado. Aun así, según lo presenciado en los últimos entrenamientos, el equipo que salte al césped de Riazor debe tener perfectas garantías para conseguir un triunfo que permita encarrilar la victoria. El once podría ser el formado por Molina en la portería, con Manuel Pablo, César, Romero y Capdevila, en defensa. Por delante el doble pivote lo formarían Sergio y Acuña; escoltando a la tripleta compuesta por Víctor, Valerón, Munitis; con Rubén como jugador más adelantado.
El resto de la convocatoria de 18 jugadores la forman Munúa, Héctor, Iván Carril, Pita, De Guzmán, Momo y Xisco, ya que Caparrós ha preferido que los jugadores menos rodados se sigan entrenando en estos días para ir poniéndose al nivel de sus compañeros, quizá para debutar en el choque de vuelta en Podgorica.