El equipo ruso, que ha logrado su segunda victoria en la Euroliga, impuso su ritmo en el inicio del choque, resistió los intentos del conjunto español para cambiar el guión del choque y, cuando el equipo visitante se puso por delante en la segunda parte, la veteranía de JR Holden, sus puntos y los de su compatriota Jamont Gordon dieron la victoria al CSKA pese a que el Valencia lo intentó hasta el último minuto.
Pese a su complicada situación, el conjunto ruso saltó a la pista con las ideas claras. Con ataques directos y un buen trabajo cerca de la canasta de Sokolov logró sus primeras ventajas ante un rival algo blando en defensa y que en ataque combinaba precipitaciones con errores en tiros librados (10-3, m.5).
Pesic trató de cambiar la cara de su equipo, primero con un tiempo muerto y después con un triple cambio, pero finalmente fue Víctor Claver, con ocho puntos consecutivos, quien metió en el partido al equipo levantino, que poco a poco fue encontrándose más cómodo en defensa.
La salida a la pista de Nando De Colo y de Dusko Savanovic le dio al Power Electronics nuevas opciones en ataque, aunque la inspiración individual de los exteriores del conjunto moscovita, especialmente de Gordon, permitió al CSKA llegar al descanso con una mínima ventaja, aunque también con la sensación de no dominar ya el ritmo del choque (34-30, m.20).
La tendencia se confirmó tras el paso por los vestuarios. El Power Electronics Valencia regresó a la pista dispuesto a subir un peldaño más su intensidad defensiva y con los triples de Claver y Savanovic pudo por fin ponerse por delante en el marcador, aunque los esfuerzos de Smodis y Holden por mantener su equipo en el partido impidieron que los visitantes se alejaran (44-47, m.26).
El conjunto ruso no se descompuso, mantuvo su rocosa defensa y continuó tratando de sacar partido del talento de su línea exterior. Lo logró de nuevo con puntos de Gordon y Holden, con ataques sencillos resueltos con bloqueos directos y con una estructura sin un cinco claro que le dio mayor movilidad ofensiva y que puso en problemas la defensa visitante (60-56, m.36).
Dos triples consecutivos permitieron despegar definitivamente al equipo ruso, que con un cómodo colchón en el marcador dejó el choque en las manos de Gordon, que asumió la responsabilidad ofensiva y neutralizó los intentos de remontada del equipo español, al que le faltó acierto en los últimos minutos para dar solidez a su último intento por llevarse el triunfo.