L D (Europa Press) "Lo peor que se puede hacer es conceder algo a esta gente", agregó. Londres recibía el miércoles con euforia y satisfacción la noticia de que su ciudad sería la sede de los Juegos Olímpicos de 2012. Cuando no habían pasado ni 24 horas, el miedo y el caos se apoderaron de la capital, tras la oleada de explosiones que afectaron a tres estaciones de la red de metro y un autobús.
El presidente del COI, Jacques Rogge, abrió la reunión del viernes con un momento de silencio en honor de las víctimas de los atentados. "Una vez más, desafortunadamente, esto muestra que no hay seguridad en la Tierra, que la seguridad debe ser la prioridad número uno del movimiento olímpico cuando organicemos unos Juegos Olímpicos", sostuvo.
Rogge envió con anterioridad un mensaje de condolencias a la delegación británica. Asimismo, los atroces atentados terroristas del jueves fueron condenados de manera uniforme por los miembros del Comité Internacional. "Hoy, todos nos sentimos londinenses", aseguró el dirigente del Comité Olímpico Francés, Henri Serandour. "Es terrible. Estamos todos de luto", añadió. Reedie indicó que el equipo británico en Singapur regresó a su país de manera tranquila y discreta, después de las celebraciones de la noche del miércoles. "Todos los sentimientos de orgullo, placer y euforia han sido simplemente olvidados", añadió.