L D (EFE) El encuentro ha servido como inauguración del pabellón talaverano, una instalación que es la más grande de toda Castilla-La Mancha y que ha vestido sus mejores galas para la ocasión. Desde el principio el equipo dirigido por el técnico del Barcelona, Xespo Espar, fue el dominador, con varias acciones de contraataque que le permitieron establecer un 0-4 en los primeros minutos de juego, una ventaja que ya no dejaría hasta el pitido final.
En varias fases el combinado español, dirigido por Ángel Hermida, se acercó en el luminoso, pero siempre estuvo entre cuatro y cinco puntos, salvo en la recta final del primer período, cuando los mundialistas Mariano Ortega, Juanín García y Demetrio Lozano tiraron del carro y permitieron que se llegara al descanso con un ajustado 14-16. En la segunda mitad la igualdad fue la nota destacable y la selección de extranjeros no logró tener un cómoda ventaja, hasta los últimos diez minutos, cuando lograron un parcial de 0-4 (27-32) que ya fue materialmente imposible superar por los nacionales.
La anécdota del partido la protagonizó el jugador cubano Julio Fis, al que en la presentación oficial del partido se le dio como jugador de equipo de extranjeros pero, al lograr recientemente la nacionalidad española, jugó con la selección de nacionales. Al término del encuentro se entregaron por parte de la Asociación de Jugadores de Balonmano diversos trofeos, así como el alcalde de Talavera, José Francisco Rivas, que hizo entrega de dos trofeos de cerámica de la ciudad a los capitanes de ambos equipos.
En varias fases el combinado español, dirigido por Ángel Hermida, se acercó en el luminoso, pero siempre estuvo entre cuatro y cinco puntos, salvo en la recta final del primer período, cuando los mundialistas Mariano Ortega, Juanín García y Demetrio Lozano tiraron del carro y permitieron que se llegara al descanso con un ajustado 14-16. En la segunda mitad la igualdad fue la nota destacable y la selección de extranjeros no logró tener un cómoda ventaja, hasta los últimos diez minutos, cuando lograron un parcial de 0-4 (27-32) que ya fue materialmente imposible superar por los nacionales.
La anécdota del partido la protagonizó el jugador cubano Julio Fis, al que en la presentación oficial del partido se le dio como jugador de equipo de extranjeros pero, al lograr recientemente la nacionalidad española, jugó con la selección de nacionales. Al término del encuentro se entregaron por parte de la Asociación de Jugadores de Balonmano diversos trofeos, así como el alcalde de Talavera, José Francisco Rivas, que hizo entrega de dos trofeos de cerámica de la ciudad a los capitanes de ambos equipos.