L D (EFE) La Comisión Ejecutiva del COI, que preside el belga Jacques Rogge, ha tomado "por unanimidad" esta decisión, que seguirá vigente mientras se desarrollan las dos investigaciones a las que está sometido Kim: la de las autoridades judiciales de su país y la de la propia Comisión de Etica del COI.
Kim, de 72 años, dirigió durante casi 30 años la Federación Mundial de Taekwondo, pero se vio obligado a dimitir de la presidencia el pasado 9 de enero, tras admitir que había recibido "unos cientos de millones de wones" (cientos de miles de dólares) de otras organizaciones deportivas, aunque negó que se tratase de corrupción. "A veces actué sin cuidado y admito que hice cosas incorrectas. Inclino mi cabeza y presento mis más sinceras disculpas", ha dicho Kim.
Pero sus excusas no han servido para detener la investigación judicial abierta en Corea del Sur. Después de que la policía registrase su domicilio y sus oficinas, los fiscales le acusaron de malversación de fondos y de aceptar dinero a cambio de ayudar a dirigentes del Comité Olímpico Surcoreano. También deberá explicar la procedencia de un millón y medio de dólares en divisas que se hallaron en su casa. Kim ha dimitido también de sus funciones como diputado del partido Millenium, actualmente en la oposición.
El 14 de enero, en plena investigación contra él, Kim tuvo que ser hospitalizado en Seúl tras sufrir un infarto. La prensa surcoreana ha informado esta semana de que su orden de arresto está firmada, a la espera de que mejore su estado de salud. Considerado uno de los pesos pesados del COI, la suspensión de funciones podría derivar hacia su expulsión del organismo en caso de que sea condenado por la justicia ordinaria.
No es la primera vez que el nombre de Kim aparece relacionado con la corrupción, pues en 1999 ya recibió del COI "la más seria de las reprimendas" por su implicación en el escándalo de Salt Lake City. Se le acusó entonces de utilizar su puesto para beneficiar las carreras profesionales de sus hijos. Pero su gran influencia en el deporte mundial -también preside la Asociación General de Federaciones Internacionales, que reúne a todos los deportes, olímpicos o no- le permitió reponerse de aquel golpe y hacer un digno papel en las elecciones a la presidencia del COI, celebradas en 2001.
Jacques Rogge ganó con comodidad, pero Kim fue el segundo más votado, con generosa ventaja sobre otro de los hombres fuertes de Comité, el canadiense Dick Pound. Tras dos años en segundo plano, en verano de 2003 regresó a la primera fila de olimpismo mundial al ganar en votación interna una de las vicepresidencias del COI. Esta elección tampoco estuvo exenta de polémica, pues dos días antes la ciudad surcoreana de Pyongyang había perdido por sólo tres votos la sede de los Juegos de Invierno de 2010. Los responsables de la candidatura y algunas autoridades políticas acusaron a Kim de perjudicar el proyecto de PyeongChang por temor a que una victoria surcoreana llevara a los miembros del COI a repartir juego entre otros países y elegir a un aspirante a la vicepresidencia de distinta nacionalidad.
Un Yong Kim es miembro del COI desde 1986. Esta considerado uno de los principales responsables de que Seúl se hiciese con la sede de los Juegos Olímpicos de 1988, así como de la inclusión en el programa de los Juegos del taewkwondo, disciplina que debutó como olímpica en la edición de Sydney 2000.
Kim, de 72 años, dirigió durante casi 30 años la Federación Mundial de Taekwondo, pero se vio obligado a dimitir de la presidencia el pasado 9 de enero, tras admitir que había recibido "unos cientos de millones de wones" (cientos de miles de dólares) de otras organizaciones deportivas, aunque negó que se tratase de corrupción. "A veces actué sin cuidado y admito que hice cosas incorrectas. Inclino mi cabeza y presento mis más sinceras disculpas", ha dicho Kim.
Pero sus excusas no han servido para detener la investigación judicial abierta en Corea del Sur. Después de que la policía registrase su domicilio y sus oficinas, los fiscales le acusaron de malversación de fondos y de aceptar dinero a cambio de ayudar a dirigentes del Comité Olímpico Surcoreano. También deberá explicar la procedencia de un millón y medio de dólares en divisas que se hallaron en su casa. Kim ha dimitido también de sus funciones como diputado del partido Millenium, actualmente en la oposición.
El 14 de enero, en plena investigación contra él, Kim tuvo que ser hospitalizado en Seúl tras sufrir un infarto. La prensa surcoreana ha informado esta semana de que su orden de arresto está firmada, a la espera de que mejore su estado de salud. Considerado uno de los pesos pesados del COI, la suspensión de funciones podría derivar hacia su expulsión del organismo en caso de que sea condenado por la justicia ordinaria.
No es la primera vez que el nombre de Kim aparece relacionado con la corrupción, pues en 1999 ya recibió del COI "la más seria de las reprimendas" por su implicación en el escándalo de Salt Lake City. Se le acusó entonces de utilizar su puesto para beneficiar las carreras profesionales de sus hijos. Pero su gran influencia en el deporte mundial -también preside la Asociación General de Federaciones Internacionales, que reúne a todos los deportes, olímpicos o no- le permitió reponerse de aquel golpe y hacer un digno papel en las elecciones a la presidencia del COI, celebradas en 2001.
Jacques Rogge ganó con comodidad, pero Kim fue el segundo más votado, con generosa ventaja sobre otro de los hombres fuertes de Comité, el canadiense Dick Pound. Tras dos años en segundo plano, en verano de 2003 regresó a la primera fila de olimpismo mundial al ganar en votación interna una de las vicepresidencias del COI. Esta elección tampoco estuvo exenta de polémica, pues dos días antes la ciudad surcoreana de Pyongyang había perdido por sólo tres votos la sede de los Juegos de Invierno de 2010. Los responsables de la candidatura y algunas autoridades políticas acusaron a Kim de perjudicar el proyecto de PyeongChang por temor a que una victoria surcoreana llevara a los miembros del COI a repartir juego entre otros países y elegir a un aspirante a la vicepresidencia de distinta nacionalidad.
Un Yong Kim es miembro del COI desde 1986. Esta considerado uno de los principales responsables de que Seúl se hiciese con la sede de los Juegos Olímpicos de 1988, así como de la inclusión en el programa de los Juegos del taewkwondo, disciplina que debutó como olímpica en la edición de Sydney 2000.