L D (EFE) El partido comenzó con unos minutos de tanteo. Se notaba que ninguno de los dos equipos quería arriesgar demasiado, al menos de inicio. Tanto que nadie rompió el hielo hasta el minuto 12, con un disparo lejano de Nené, que por otra parte no revestía demasiado peligro. El partido tan sólo ofrecía centrocampismo insulso a los sufridos espectadores de Balaídos, que ansiaban poder de la tercera victoria de su equipo como local en todo el campeonato. Sin embargo, apenas la omnipresencia de Oubiña y Gustavo López mantenían viva su ilusión, porque el equipo naufragaba por el centro, donde Pablo García y Canobbio apenas hacían acto de presencia. Visto lo visto, el Celta se acercaba sin morder por las bandas, mientras que el Betis, que no sufría en exceso, se dedicaba a contemporizar en busca de la jugada precisa.
Y, jugando contra este Celta, lo extraño es que no la hubiese encontrado. El verdiblanco Odonkor aprovechó un pasillo en el que se echaba de menos a Placente para ganar línea de fondo y habilitar a su compañero Robert, que absolutamente libre de marca empujó el balón al fondo de las redes de José Manuel Pinto. En ese preciso momento todo Balaídos se puso en lo peor. No en vano, el equipo vigués había mostrado durante las últimas semanas su nula capacidad de reacción y su tendencia a irse a la lona al primer golpe. El Betis se hizo con el dominio absoluto del balón, pero careció de ambición para matar el partido y a su rival.
Fue entonces, con todo perdido, cuando comenzó el recital de Gustavo López. El '11' celeste se echó su equipo a la espalda con varias galopadas de la derecha. Tanto es así, que la grada empezó a corear un "Queremos once Gustavos". El volante argentino, a sus 34 años, le dio la razón a la hinchada celeste pocos minutos después metiendo al Celta de lleno en el partido. En una de sus internadas, Gustavo López enganchó un zurdazo en la frontal del área que sorprendió a Contreras y alivió el dolor de un Balaídos que ya empezaba a asumir su negro destino. Pero las tornas aún iban a cambiar un poco más cuando el visitante Capi tuvo que tomar precipitadamente el camino de los vestuarios al ver su segunda amonestación en pocos minutos, la primera por protestar y la segunda por desplazar el balón con el juego detenido.
Así las cosas, los de Vigo se fueron al descanso teniendo el partido cuesta abajo después de haberlo visto todo perdido; mientras que a los andaluces les quedaba un segundo tiempo muy duro que afrontar. Sin embargo, tras la reanudación los equipos no hicieron honor al guión previsto. El dominio local no pasó de ser tímido, y el Betis se ordenó en el verde de Balaídos consiguiendo que no se notase en absoluto su inferioridad numérica. Todo ello, con la inestimable colaboración del Celta, que mostró una incapacidad galopante para hincarle el diente en su propia casa a un equipo con un hombre menos, y acabó sumido en un manojo de nervios y dudas.
Y lo que es peor, con pie y medio en Segunda División. Sin embargo y por segunda vez en noventa minutos, el Celta volvió a regatear al destino. En el minuto 93, Velasco Carballo pitó un muy dudoso penalti de Contreras, que salió a por uvas, sobre Antonio Núñez. Tras unos minutos de zozobra, Fernando Baiano resolvió con frialdad y consiguió una victoria que mantiene al Celta enfermo, pero con vida.
Ficha técnica del partido
Celta de Vigo, 2: Pinto; Ángel, Tamas, Contreras, Placente; Oubiña, Pablo García; Nené (Guayre, m.69), Canobbio (Núñez, m.80), Gustavo López; y Baiano
Real Betis, 1: Contreras; Ilic, Melli, Juanito, Isidoro; Rivera, Juande; Odonkor (Miguel Ángel, m.64), Capi, Edú (Sobis, m.74); y Robert (Fernando, m.64)
Goles: 0-1, m.29: Robert; 1-1, m.41: Gustavo López; 2-1, m.93: Baiano de penalti
Árbitro: Velasco Carballo (Colegio madrileño). Expulsó por doble amonestación al bético Capi (m.45), así como al técnico del conjunto verdiblanco, Luis Fernández (m.55). Además mostró tarjeta amarilla a Placente, Pablo García, Tamas y Oubiña, por parte del Celta de Vigo; y a Juande, Edú, Odonkor, Isidoro y Contreras, por el Betis
Incidencias: Partido correspondiente a la trigésima sexta jornada de Liga en Primera División disputado en el Estadio Municipal de Balaídos ante 12.803 espectadores