El Cádiz y el Celta acompañarán al Alavés en Primera División la próxima temporada

(Libertad Digital) El Cádiz, que ha disfrutado de una progresión meteórica en los últimos años después de estar sometido a las dificultades económicas y deportivas que le alojaron en el pozo de Segunda B, ha retornado a la máxima categoría trece años después. Su última aventura entre los grandes data del curso 1992-93, cuando terminó decimonoveno. El Cádiz, dirigido en el banquillo por el uruguayo Víctor Espárrago, ha dejado atrás los malos tiempos a lo grande. Con un claro triunfo en el feudo de su máximo rival deportivo, el Xerez (0-2) y como campeón de la categoría, bendecido por la derrota en su estadio del Alavés, que cayó en Mendizorroza ante el Sporting en una jornada festiva. 

Más breve ha sido la ausencia en Primera de los dos acompañantes del bloque gaditano. El Alavés vuelve a estar entre los grandes dos años después. El Celta sólo ha estado uno al margen de la elite. El conjunto vigués pasará a la historia como el único equipo que celebra dos veces el ascenso. Lo logró en el terreno de juego hace quince días después de ganar, precisamente, al Xerez en Chapín. Pero lo perdió en los despachos. Cuando el Comité de Competición le quitó los tres puntos por alineación indebida. El equipo de Fernando Vázquez, volverá a celebrar su éxito después de vencer en Lleida (0-2).

La peor parte se la llevó este sábado el Eibar, el equipo que esperaba un pinchazo de Celta o Cádiz para lograr el ascenso. Durante varios minutos fue de Primera cuando a los diecisiete minutos Llorente marcó el 1-0 frente al Ferrol. En ese momento, ni Cádiz ni Celta habían marcado. El conjunto gaditano, por medio de Oli, logró su primer gol a los veintiséis minutos. Pero el gallego no marcó hasta dos minutos antes del descanso. Esa diana de Jandro turbó las esperanzas eibarresas. Y a partir de ahí se hundió. La caída de tantos en Lleida y Xerez abrumaron al Eibar, que ya fue incapaz de ganar. El Ferrol, sin nada en juego, empató por medio de Mario Bermejo. El panorama quedaba despejado.

El Eibar deberá esperar otro año. Igual que el Recreativo, que necesitaba un milagro para verse en Primera y que su realidad sólo se sostenía por las matemáticas. Ninguno de los requisitos se cumplió. Y el cuadro onubense, incluso, fue incapaz de ganar en Tarragona ante el Nastic en el partido más fructífero de la sesión (4-4). La última jornada de Segunda cumplimentó el acta final de un nuevo ejercicio. Con el Cádiz, el Celta y el Alavés como nuevos equipos de Primera y con el Pontevedra, Salamanca, Terrassa y Córdoba descendidos, desde hace una semana, a Segunda B.