L D (EFE) Vencedor de la San Silvestre de Sao Paulo, Gomes se adelantó al grupo principal en el km.37 y resistió el desesperado ataque de Tergat, plusmarquista mundial y defensor del título, que al final hubo de conformarse con el tercer puesto. En una mañana soleada y fresca, cerca de 37.000 corredores tomaron la salida junto al puente de Verrazzano en la 37 edición del maratón más famoso del mundo. El termómetro marcaba seis grados centígrados.
En el km.22 el keniano Julius Kibet alteró la paz del grupo delantero con un fuerte tirón. Junto al marroquí Youssef Galmin y el resto del paquete pasó el medio maratón en 1h05:33. El siguiente ataque fue de Ramaala, que puso a prueba a sus rivales con un súbito tirón en el km.35. El italiano Stefano Baldini, campeón olímpico y europeo, no aguantó el nuevo ritmo, que seleccionó arriba a nueve corredores, incluido el defensor del título, Paul Tergat.
A continuación dio la cara el brasileño Marilson Gomes dos Santos, ganador de la San Silvestre de Sao Paulo, debutante en el maratón neoyorquino y en posesión de una estimable marca de 2h08:48. Los favoritos no le dieron demasiada importancia a su ataque. A punto de cumplirse las dos horas, Tergat salió en su busca y a su estela se pegó su compatriota Stephen Kiogora, pero Gomes, que tenía medio minuto de margen cuando entró en el Central Park, estaba ya en una distancia conocida, a cinco kilómetros del final. Los esfuerzos de Tergat fueron inútiles.
Las cámaras prestaron una gran atención al ex ciclista Lance Armstrong, siete veces vencedor del Tour de Francia, que con una camiseta verde, pantalones anchos y oscuros, sus gafas habituales y sin casco hizo su debut en el maratón con el objetivo de llegar a la meta no más tarde de una hora después que el vencedor. El mexicano Germán Silva acompañó a Armstrong durante muchos kilómetros.
Jelena Prokopcuka consiguió su segunda victoria consecutiva con una marca de 2h25:05, por delate de la ucraniana Tatiana Hladyr y de la keniana Catherina Ndereba, ex plusmarquista mundial. La vencedora, que corría por tercera vez en Nueva York, obtuvo un premio en metálico de 130.000 dólares después de fraguar su victoria en el km.34 cuando cambió de ritmo y dejó atrás, con su larga zancada, a Hladyr, su compañera de fuga.
Mediada la prueba, Prokopcuka y la ucraniana Tatiana Hladyr, ganadora este año en Roma con su mejor marca (2h25:44), abrieron en cabeza un pequeño hueco con respecto a un grupo de siete encabezado por la estadounidense Deena Kastor y la keniana Susan Chepkemei. Pasaron el medio maratón en 1h13:50 y su ventaja se fue incrementando al ritmo que imponía Prokopcuka, cuya victoria en 2005 le otorgó la condición de mejor deportista de Letonia. Ante las insistentes peticiones de la letona, Hladyr empezó a dar relevos.
Prokopcuka asestó el golpe decisivo cumplidas las dos horas de carrera, en el km.34. Hladyr no pudo seguir su ritmo y la letona se fue sin oposición en busca de su segunda victoria.
En el km.22 el keniano Julius Kibet alteró la paz del grupo delantero con un fuerte tirón. Junto al marroquí Youssef Galmin y el resto del paquete pasó el medio maratón en 1h05:33. El siguiente ataque fue de Ramaala, que puso a prueba a sus rivales con un súbito tirón en el km.35. El italiano Stefano Baldini, campeón olímpico y europeo, no aguantó el nuevo ritmo, que seleccionó arriba a nueve corredores, incluido el defensor del título, Paul Tergat.
A continuación dio la cara el brasileño Marilson Gomes dos Santos, ganador de la San Silvestre de Sao Paulo, debutante en el maratón neoyorquino y en posesión de una estimable marca de 2h08:48. Los favoritos no le dieron demasiada importancia a su ataque. A punto de cumplirse las dos horas, Tergat salió en su busca y a su estela se pegó su compatriota Stephen Kiogora, pero Gomes, que tenía medio minuto de margen cuando entró en el Central Park, estaba ya en una distancia conocida, a cinco kilómetros del final. Los esfuerzos de Tergat fueron inútiles.
Las cámaras prestaron una gran atención al ex ciclista Lance Armstrong, siete veces vencedor del Tour de Francia, que con una camiseta verde, pantalones anchos y oscuros, sus gafas habituales y sin casco hizo su debut en el maratón con el objetivo de llegar a la meta no más tarde de una hora después que el vencedor. El mexicano Germán Silva acompañó a Armstrong durante muchos kilómetros.
Jelena Prokopcuka consiguió su segunda victoria consecutiva con una marca de 2h25:05, por delate de la ucraniana Tatiana Hladyr y de la keniana Catherina Ndereba, ex plusmarquista mundial. La vencedora, que corría por tercera vez en Nueva York, obtuvo un premio en metálico de 130.000 dólares después de fraguar su victoria en el km.34 cuando cambió de ritmo y dejó atrás, con su larga zancada, a Hladyr, su compañera de fuga.
Mediada la prueba, Prokopcuka y la ucraniana Tatiana Hladyr, ganadora este año en Roma con su mejor marca (2h25:44), abrieron en cabeza un pequeño hueco con respecto a un grupo de siete encabezado por la estadounidense Deena Kastor y la keniana Susan Chepkemei. Pasaron el medio maratón en 1h13:50 y su ventaja se fue incrementando al ritmo que imponía Prokopcuka, cuya victoria en 2005 le otorgó la condición de mejor deportista de Letonia. Ante las insistentes peticiones de la letona, Hladyr empezó a dar relevos.
Prokopcuka asestó el golpe decisivo cumplidas las dos horas de carrera, en el km.34. Hladyr no pudo seguir su ritmo y la letona se fue sin oposición en busca de su segunda victoria.