El Betis se reencuentra con la victoria dos meses después y cede el farolillo rojo al Alavés

L D (EFE) Betis y Alavés evidenciaron en los primeros 45 minutos síntomas del nerviosismo habitual en los equipos con la soga al cuello, y por ello el juego brilló por su ausencia, pese a que los dos equipos pusieron ganas y entusiasmo, pero poco más. Pudo adelantarse el Alavés, por medio de Bodipo (m.13) en un estrepitoso fallo del eje de la zaga verdiblanca, que dejó al atacante alavesista solo ante Doblas, pero su remate se fue al lateral derecho del marco bético. Sin embargo, más clara fue la siguiente opción de los vitorianos, ya en el minuto 23, en una jugada en el área bética con Juanito y Nene de protagonistas que acabó con penalti. El atacante vitoriano lanzó la máxima pena pero Doblas volvió a ser el salvador de los suyos para neutralizar por el centro.

 

En los últimos minutos de la primera parte las ocasiones cayeron para el bando bético, como la de Joaquín (m.42) con fallo garrafal de los centrales visitantes que no despejan el balón y Joaquín no se percata del error y no llega a tiempo. Sin embargo, ya en el tiempo de prolongación, una de las pocas jugadas coordinadas del Betis, iniciada por Joaquín, seguida por Edu y culminada por Fernando, que puso el 1-0 ante la desesperación de los vitorianos.

En el segundo tiempo, los comienzos fueron similares, aunque el Betis pareció mucho más entonado, y fue tras un inesperado cambio: un central (Rivas) por un lateral zurdo (Luis Fernández) con reajuste de la zaga, cuando llegó el segundo gol bético, en otra jugada hilvanada de Joaquín y Edu que, ahora, culminó Xisco. Hasta el final el Betis recurrió a las genialidades de Joaquín quien, ya en el minuto 82 a punto estuvo de poner el tres-cero en un balonazo desde cerca que Costanzo despejó de puños.

Aunque el internacional portuense vio recompensado su sacrificio y entrega, con un balonazo por bajo, a cesión de Edu, para poner la guinda a su noche, con el 3-0 (m.84). De ahí hasta el final control absoluto del Betis ante un adversario que cedió en sus ganas.