El Bayern de Munich destroza al Kaiserslautern y logra el doblete en Alemania

L D (EFE) El cuadro de Ottmar Hitzfeld, que ganó la Bundesliga con autoridad y suficiencia, tuvo un comienzo fulminante que echó por tierra el planteamiento con el que había llegado el Kaiserslautern, que era tratar de esperar atrás y buscar el contragolpe.

En el minuto 3, un lanzamiento libre del inglés Owen Hargreaves lo aprovechó Michael Ballack para batir de cabeza al meta Tim Wiese, lo que obligó al Kaiserslautern a atacar. Sin casi tiempo para la reacción, en el minuto 10, el propio Ballack marcó el segundo tanto de penalti, decretado por el árbitro por falta de Tchato sobre Hargreaves. Esos dos goles crearon una situación ideal para el Bayern, que se instaló en su zona sin problemas sin necesitar de atacar a un Kaiserslautern sin recursos. Los diablos rojos se limitaron a buscar a Miroslav Klose y al checo Vratislav Lockvenc a través de balones largos en los que tuvo ventaja la zaga bávara.

El Kaiserslautern tan solo incomodó en una ocasión a Oliver Kahn en todo el primer tiempo, con un centro de Harry Koch que remató el portugués Jose Miguel Dominguez, pero el esférico salió desviado. El Bayern se dedicó a administrar el resultado y a esperar oportunidades para aumentar el marcador, lo que llegó al poco de iniciarse el segundo periodo tras un mal saque de costado de Tchato que terminó generando un contragolpe definido en jugada individual por el peruano Claudio Pizarro.

Con el 3-0 empezó una nueva fase del partido, con un Kaiserslautern ya hundido anímicamente y con un Bayern esforzándose en ponerle brillo a una victoria que ya era segura. Las oportunidades empezaron a producirse. Primero, el brasileño Giovane Elber se quedó sólo ante Wiese pero prefirió limitarse a amagar, dejar al portero en el piso y entregar el balón a Pizarro, quien se resbaló al intentar el remate. Luego el francés Willy Sagnol recibió un gran pase de Ballack y remató ligeramente desviado y más tarde Elber cabeceó por encima del larguero.

Todo parecía indicar que la final terminaría en goleada, pero curiosamente justo tras la expulsión del búlgaro Marian Hristov, por una falta brutal e innecesaria sobre Elber, el Kaiserslautern tuvo un amago resurrección deportiva cuando, en el minuto 80, Klose marcó de cabeza el tanto del honor. El Bayern no permitió más alegrías a su oponente y logró el undécimo título copero en los 60 años de historia de esta competición.