L D (EFE) Y eso que el Barça empezó mejor que su rival, al que endosó un parcial inicial de 0-5 que le permitió mantenerse por delante en el marcador hasta el final del primer cuarto. Los triples de Basile y al trabajo de intimidación de Denis Marconato y Fran Vázquez, que se marchó por primera vez al banquillo con tres tapones en su haber, fue lo mejor del conjunto azulgrana en este primer período. Sin embargo, la entrada de Papaloukas y Smodis revitalizó al CSKA, que llegó a perder de seis puntos (7-13, m.7) y que acabó nivelando el tanteo al final del primer cuarto (15-15).
Al inicio del segundo período, Jaka Lakovic relevó a Basile en el tiro exterior con dos triples casi consecutivos, y el Barça volvió a marcharse de seis puntos (17-23. Pero el base esloveno malgastó la ventaja de su equipo al perder tres balones seguidos que permitieron a los de Ettore Messina dar la vuelta al partido. Un parcial de 11-0 -con varias canastas de Savrasenko y sendos triples de Smodis, Andersen y Langdon-, puso al CSKA por primera vez por delante en el marcador en el minuto 14 (28-23). El Barça incapaz de capturar un sólo rebote ofensivo en esta primera mitad, lo porfiaba todo a la inspiración de sus tiradores, ya que sus pivotes, entre los que hoy no se encontraba Kasun por lesión, fueron incapaces de capturar un solo rebote ofensivo en este primera mitad ni de anotar una sola canasta hasta el minuto 16 (Vázquez).
Al inicio del segundo período, Jaka Lakovic relevó a Basile en el tiro exterior con dos triples casi consecutivos, y el Barça volvió a marcharse de seis puntos (17-23. Pero el base esloveno malgastó la ventaja de su equipo al perder tres balones seguidos que permitieron a los de Ettore Messina dar la vuelta al partido. Un parcial de 11-0 -con varias canastas de Savrasenko y sendos triples de Smodis, Andersen y Langdon-, puso al CSKA por primera vez por delante en el marcador en el minuto 14 (28-23). El Barça incapaz de capturar un sólo rebote ofensivo en esta primera mitad, lo porfiaba todo a la inspiración de sus tiradores, ya que sus pivotes, entre los que hoy no se encontraba Kasun por lesión, fueron incapaces de capturar un solo rebote ofensivo en este primera mitad ni de anotar una sola canasta hasta el minuto 16 (Vázquez).
Totalmente atascado en ataque pero centrado e intenso en la faceta defensiva, el Barça se presentó en el cuarto período con opciones de llevarse el partido y mantener el liderato en la pista del actual de Europa, un objetivo que parecía posible cuando Basile anotó un nuevo triple al inicio del último cuarto y colocó a su equipo cuatro puntos abajo (54-50). Sin embargo, el conjunto azulgrana no concretó su reacción. Lento en la transición, ahogado por la defensa del conjunto ruso -tal vez la mejor de la Euroliga- y con una nefasta selección de tiro, naufragó de forma estrepitosa en la recta final del encuentro.
Si un equipo es un estado de ánimo, el Barça, ese que deambula con más pena que gloria por la Liga ACB, atraviesa por una profunda depresión que hasta ahora no había exhibido en Europa pero que esta vez aparecía en los últimos minuto del partido de Moscú. Impotente, perdido, sin espíritu de equipo, el conjunto catalán se dejó endosar un último parcial de 22-7, con un espectacular y efectivo Andersen como protagonista, que no sólo dio al traste con sus posibilidades de victoria sino que estropeó la imagen que hasta ahora había dado en la máxima competición continental y que dejó el marcador en un abultado 76-57.