L D (EFE) El factor que acabó con las aspiraciones azulgrana no fue el de la mayor calidad del rival, sino el de las diferencias de faltas señaladas por los árbitros (33 por 21). El Winterthur Barcelona, con escasos recursos bajo los aros, fue incapaz de sobreponerse a las tres faltas que acumuló Denis Marconato en el primer cuarto y a las que poco a poco fueron acumulando el resto de los pívots. Los barcelonistas acabaron desquiciados y culpando a los árbitros de su derrota cuando el CSKA Moscú lanzaba esos tiros libres sin sentido con los que a veces acaba un partido de baloncesto, pero también fue cierto que el rival puso poco empeño en ganar, que dio facilidades y que hubo otras claves como la escasa aportación del que debía ser estrella del equipo en Praga, Juan Carlos Navarro.
Shammond Williams tuvo que ejercer de Navarro, pero esa soledad, los problemas bajo el aro y el desequilibrio en las faltas señaladas a uno y otro conjunto fueron demasiado enemigo para el estadounidense. La prueba de que los barcelonistas pudieron ganar es que estuvieron por delante durante toda la primera mitad, algo que quizá también hay que achacar a la atención que prestaron antes de que comenzase su partido al que disputaron previamente el Maccabi y el Tau. El equipo catalán tomó nota de lo que le sucedió al otro conjunto ACB y salió dispuesto a llevar el mando del partido desde el primer minuto en la suya.
También apuntaron los azulgrana que la clave del triunfo israelí fue la defensa y se aplicaron de tal modo ante el CSKA Moscú a esta tarea que los dos primeros puntos del cuadro moscovita llegaron cuando los barcelonistas ya habían sumado siete. Los jugadores de Ettore Messina nunca disponían de tiros cómodos y, en esas circunstancias, el Winterthur Barcelona se manejaba con solvencia, aunque la entrada en pista de Theodoros Papaloukas le generó más de un problema.
La verdadera complicación para el técnico Dusko Ivanovic, sin embargo, llegó con la tercera falta de Denis Marconato, el único 'cinco' azulgrana si se tiene en cuenta que Marc Gasol apenas dispone de minutos con asiduidad. Ivanovic, cuyo equipo estaba haciéndose fuerte en la pintura, tuvo que jugar a partir de ese momento con dos cuatros con la entrada de Michalis Kakiouzis para formar pareja de pívots con Gregor Fucka. Todo ello convergió en un parcial de 0-5 que redujo las diferencias a sólo dos puntos (13-11), que fueron cinco al término del primer cuarto (20-15).
El gran inconveniente, de todos modos, eran las faltas que también fueron acumulando antes del descanso Marvis Thornton (3), Jordi Trias (3), Juan Carlos Navarro (2) y Rodrigo de la Fuente (2). Por fortuna, a Dusko Ivanovic le funcionaron las rotaciones en el segundo periodo, en el que llegó a disfrutar de una máxima diferencia de trece puntos (32-19, min.27). La táctica ofensiva pasaba por ataques largos y acierto en el perímetro de Shammond Williams, Navarro y Gianluca Basile, mientras que la anticipación en defensa resultaba también clave.
Bajo los tableros era donde estaba el problema, porque a Ivanovic se le agotaban los recursos con Marconato y Trias cargados, así como Thornton, un jugador que ayuda al rebote. El CSKA Moscú sacó partido de esta situación para reducir las diferencias al descanso a sólo cuatro puntos (38-34), aunque el Winterthur Barcelona respondió en la reanudación con un parcial de 7-0 (45-34). John Holden tuvo que aparecer para evitar que el partido se rompiese, aunque la vida se la devolvió al CSKA Moscú una personal señalada a Gregor Fucka con 50-41 para los azulgrana.
Fucka protestó la decisión de Jungebrand y el árbitro le pitó falta técnica, una situación que derivó en la cuarta del ítalo-esloveno y en rosario de tiros libres para el equipo ruso, que dejó las diferencias en sólo cuatro puntos (50-46, min.27). Papaloukas, que encontraba en cada penetración vía libre al aro barcelonista, se aprovechó de que Fucka apenas planteaba oposición a sólo una personal de verse en la calle. Entre el griego y Holden se las ingeniaron para equilibrar el marcador en el minuto 28 (50-50) y, de inmediato, poner por primera vez por delante al CSKA Moscú.
Al último cuarto se llegó con ventaja moscovita de cinco puntos (52-57), así que Dusko Ivanovic puso en la pista a sus pesos pesados, al menos por lo que se refiere a la pintura, con Fucka y Marconato. Roger Grimau, que había entrado en los últimos minutos del tercer periodo, se encargaba de organizar la defensa o, cuando menos, de parar a Papaloukas. El Winterthur lo intentaba, pero la diferencia en el cómputo de faltas señaladas a esas alturas de partido (m.33) era de once (26 por 15 al CSKA Moscú).
Los azulgrana se encomendaron a los triples de Basile y Williams y, mientras duró el efecto, la ventaja moscovita desapareció (63-63, min.35), pero un nuevo parcial de 0-6 puso al conjunto ruso a un paso de la final (63-69, min.36). La herida se fue abriendo cada vez más (64-72, min.38) y, pese al pundonor de Shammond Williams en las últimas posesiones del Winterthur Barcelona hasta dejar a los suyos a sólo tres puntos (72-75) a 1:22 del final, la diferencia en el número de faltas fue un factor demasiado determinante como para evitar que la ACB se quedase sin representantes en la final.
Shammond Williams tuvo que ejercer de Navarro, pero esa soledad, los problemas bajo el aro y el desequilibrio en las faltas señaladas a uno y otro conjunto fueron demasiado enemigo para el estadounidense. La prueba de que los barcelonistas pudieron ganar es que estuvieron por delante durante toda la primera mitad, algo que quizá también hay que achacar a la atención que prestaron antes de que comenzase su partido al que disputaron previamente el Maccabi y el Tau. El equipo catalán tomó nota de lo que le sucedió al otro conjunto ACB y salió dispuesto a llevar el mando del partido desde el primer minuto en la suya.
También apuntaron los azulgrana que la clave del triunfo israelí fue la defensa y se aplicaron de tal modo ante el CSKA Moscú a esta tarea que los dos primeros puntos del cuadro moscovita llegaron cuando los barcelonistas ya habían sumado siete. Los jugadores de Ettore Messina nunca disponían de tiros cómodos y, en esas circunstancias, el Winterthur Barcelona se manejaba con solvencia, aunque la entrada en pista de Theodoros Papaloukas le generó más de un problema.
La verdadera complicación para el técnico Dusko Ivanovic, sin embargo, llegó con la tercera falta de Denis Marconato, el único 'cinco' azulgrana si se tiene en cuenta que Marc Gasol apenas dispone de minutos con asiduidad. Ivanovic, cuyo equipo estaba haciéndose fuerte en la pintura, tuvo que jugar a partir de ese momento con dos cuatros con la entrada de Michalis Kakiouzis para formar pareja de pívots con Gregor Fucka. Todo ello convergió en un parcial de 0-5 que redujo las diferencias a sólo dos puntos (13-11), que fueron cinco al término del primer cuarto (20-15).
El gran inconveniente, de todos modos, eran las faltas que también fueron acumulando antes del descanso Marvis Thornton (3), Jordi Trias (3), Juan Carlos Navarro (2) y Rodrigo de la Fuente (2). Por fortuna, a Dusko Ivanovic le funcionaron las rotaciones en el segundo periodo, en el que llegó a disfrutar de una máxima diferencia de trece puntos (32-19, min.27). La táctica ofensiva pasaba por ataques largos y acierto en el perímetro de Shammond Williams, Navarro y Gianluca Basile, mientras que la anticipación en defensa resultaba también clave.
Bajo los tableros era donde estaba el problema, porque a Ivanovic se le agotaban los recursos con Marconato y Trias cargados, así como Thornton, un jugador que ayuda al rebote. El CSKA Moscú sacó partido de esta situación para reducir las diferencias al descanso a sólo cuatro puntos (38-34), aunque el Winterthur Barcelona respondió en la reanudación con un parcial de 7-0 (45-34). John Holden tuvo que aparecer para evitar que el partido se rompiese, aunque la vida se la devolvió al CSKA Moscú una personal señalada a Gregor Fucka con 50-41 para los azulgrana.
Fucka protestó la decisión de Jungebrand y el árbitro le pitó falta técnica, una situación que derivó en la cuarta del ítalo-esloveno y en rosario de tiros libres para el equipo ruso, que dejó las diferencias en sólo cuatro puntos (50-46, min.27). Papaloukas, que encontraba en cada penetración vía libre al aro barcelonista, se aprovechó de que Fucka apenas planteaba oposición a sólo una personal de verse en la calle. Entre el griego y Holden se las ingeniaron para equilibrar el marcador en el minuto 28 (50-50) y, de inmediato, poner por primera vez por delante al CSKA Moscú.
Al último cuarto se llegó con ventaja moscovita de cinco puntos (52-57), así que Dusko Ivanovic puso en la pista a sus pesos pesados, al menos por lo que se refiere a la pintura, con Fucka y Marconato. Roger Grimau, que había entrado en los últimos minutos del tercer periodo, se encargaba de organizar la defensa o, cuando menos, de parar a Papaloukas. El Winterthur lo intentaba, pero la diferencia en el cómputo de faltas señaladas a esas alturas de partido (m.33) era de once (26 por 15 al CSKA Moscú).
Los azulgrana se encomendaron a los triples de Basile y Williams y, mientras duró el efecto, la ventaja moscovita desapareció (63-63, min.35), pero un nuevo parcial de 0-6 puso al conjunto ruso a un paso de la final (63-69, min.36). La herida se fue abriendo cada vez más (64-72, min.38) y, pese al pundonor de Shammond Williams en las últimas posesiones del Winterthur Barcelona hasta dejar a los suyos a sólo tres puntos (72-75) a 1:22 del final, la diferencia en el número de faltas fue un factor demasiado determinante como para evitar que la ACB se quedase sin representantes en la final.