L D (EFE) Empieza la temporada lanzado el Barça, instalado en un clima idílico, conectado al cien por cien con su público y poseedor de una plantilla tan amplia que ha permitido a Frank Rijkaard preparar dos equipos totalmente distintos pero igualmente competitivos. Uno, el de la primera parte, brillante y efectivo. El de la segunda, más trabajador y peleón, pero también muy bien mentalizado.
Para empezar, Rijkaard alineó a su once tipo y el equipo azulgrana fue el de siempre: tuvo el balón y lo movió con criterio, se contagió del ambiente festivo para ofrecer un partido entretenido con la venia del Bayern, de vacaciones en Barcelona y siempre a merced de su anfitrión. Gobernando el partido en todo momento, el equipo azulgrana jugó como y cuanto quiso. El juego discurría en campo alemán y, aunque las ocasiones claras se resistían, la impresión era generalizada: los goles serían cuestión de tiempo.
Se hicieron esperar media hora. Ronaldinho pidió la palabra para lanzar una falta al borde del área y dejar a Kahn con la boca abierta, resignado ante la trayectoria del balón, del pie derecho del brasileño a la red sin remedio posible. Abierta la veda en el marcador, el Bayern se derrumbó definitivamente. Y como no encontró rival, el Barcelona se entrenó ante más de 75.000 personas. Logró su segundo gol dos minutos más tarde. Fue en un rechace de Kahn a disparo de Ronaldinho que Eto'o envió a la red. El camerunés no pudo encontrar mejor manera de cerrar el debate en torno a su figura -su ausencia en los festejos de la Supercopa de España crearon malestar en el club- que con goles. De nuevo Eto'o, al filo del descanso, se aprovechó de una indecisión de la zaga alemana para superar a Kahn con un toque suave y remachar a la red.
Con un 3-0 al descanso, Rijkaard decidió renovar a su equipo de arriba a abajo. Introdujo once cambios -Puyol se quedó sin jugar- y el Barça de la segunda parte fue un conjunto más plano pero igualmente entusiasta. Aparecieron los menos habituales -Ezquerro, Van Bommel, incluso Saviola, autor del cuarto gol- y el Barça siguió mandando sobre el choque con una autoridad inquebrantable. El Bayern fue el invitado perfecto. No opuso resistencia, no se empleó a fondo y ni siquiera se enrabietó cuando Ronaldinho, Messi, Deco y compañía abrieron la caja de regalos para dedicarse a probar taconazos, sombreros o paredes imposibles.
La indolencia del Bayern quedó reflejada en la actuación de Kahn, un portero sumido en un declive irreversible. En el cuarto gol del Barcelona, el guardameta se lanzó a los pies de Giuly, pero ni siquiera acarició el balón, así que el francés tan sólo tuvo que ceder atrás para Saviola. Desde el punto de penalti, el argentino remató a gol y recibió una calurosa ovación que sonó a despedida.
Ficha técnica del partido
FC Barcelona, 4: Valdés; Zambrotta, Márquez, Oleguer, Sylvinho; Xavi, Motta, Deco; Ronaldinho, Messi y Eto'o. También jugaron Jorquera (portero), Belletti, Gudjohnsen, Giuly, Gio, Edmilson, Van Bommel, Ezquerro, Thuram, Iniesta y Saviola
Bayern de Múnich, 0: Kahn; Sagnol, Van Buyten, Hummels, Salihamidzic (Lahm, m.66); Demichelis, Otti, Karimi (Schweinsteiger, m.70); Dos Santos, Podolski y Pizarro
Goles: 1-0, m.30: Ronaldinho; 2-0, m.32: Eto'o; 3-0, m.39: Eto'o; 4-0, m.50: Saviola
Árbitro: Muñiz Fernández (comité asturiano). Amonestó a Sagnol (m.46).
Incidencias: Partido correspondiente a la XLI edición del Trofeo Joan Gamper, disputado en el Camp Nou ante 76.644 espectadores. Joan Laporta, proclamado presidente del club apenas una hora antes del inicio del partido, presenció el encuentro como primer dirigente de la entidad. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Llibert Cuatrecasas i Contijoch, socio número 1 de Barcelona, fallecido este martes a la edad de 97 años