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El Madrid tumba al Espanyol, el Barça es líder y el Atlético vuelve a fallar

Messi ha vuelto a ser determinante y el Barcelona ha ganado en Getafe para situarse como nuevo líder, mientras que el Real Madrid, con un gran Kaká, ha goleado al Espanyol. El Sevilla ha arrollado al Zaragoza y el Atlético no ha pasado del empate contra el Racing.

El Real Madrid ha sumado su segunda victoria de la temporada al derrotar (0-3) al Espanyol merced a dos grandes acciones de Kaká, que dieron pie a los goles de Granero y Guti. Cristiano Ronaldo, que se quedó de inicio en el banquillo junto a Raúl, dio la puntilla en el descuento. El partido comenzó sin que ninguno de los dos equipos se decidiera a dar un paso al frente. Puede que el Madrid acusara la baja en el centro del campo de Lass Diarra, ya que Guti, sustituto del francés, apenas intervino al principio en el juego. El conjunto blanquiazul, que quería dedicarle una victoria al malogrado Dani Jarque, no supo aprovechar los problemas del equipo de Pellegrini.

Aunque el Espanyol fue ganando en comodidad, acusó la falta de mordiente, algo que no le sucede el Madrid. Kaká dejó muestras de sus categoría con una gran pared que dejó solo a Granero, quien inauguró el marcador a los 39 minutos. Tras el descanso, el Madrid se sintió bastante más cómodo, aunque se limitó a salir a la contra. Enfrente, el Espanyol se estiró demasiado y siempre atacó en desventaja. Coro lo intentó en el 73, pero entonces llegó la réplica de los madridistas, de nuevo con Kaká como jugador clave. El brasileño se marchó de Chica con maestría y cedió atrás para que Guti batiese a Kameni. A partir de ahí, el Madrid hizo lo justo para llevarse el triunfo. Cristiano Ronaldo, que entró en la segunda parte en sustitución de un voluntarioso pero desacertado Benzema, puso el punto y final con un buen gol a pase Guti en el descuento.

El Coliseum Alfonso Pérez reunía al primer líder de la temporada con el vigente campeón, que acusó al inicio la ausencia de sus delanteros más rutilantes a excepción de Ibrahimovic. El Getafe jugueteó con el Barcelona en la primera parte, pero los papeles se invirtieron cuando Pep Guardiola dio entrada en la segunda a tres argumentos básicos del triplete: Messi, Iniesta y Dani Alves. Tras una primera parte en la que el Getafe supo plantar cara, los azulgrana se activaron en la reanudación, coincidiendo con la entrada en el campo de Messi e Iniesta, dos armas cargadas, uno por los sinsabores premundialistas y el otro por la acuciante necesidad de sentirse de nuevo futbolista.

Los de Míchel se agazaparon, sintieron el miedo en el cuerpo e Ibrahimovic olió el rastro. Un centro raso de Abidal recorrió el área hasta encontrarse con el sueco, que sólo tuvo que girar el tobillo para colar junto al poste un gol típicamente oportunista que borró el recuerdo nostálgico de Samuel Eto'o. El cuadro 'azulón', ya sin Parejo en el campo y con Adrián González, el hijo del entrenador, menos fino, acusó el golpe por inesperado, ya que el Barça apenas había rondado la portería de Ustari hasta ese momento. Xavi se metió el balón en el bolsillo, aunque el Getafe aún intentó un disparo potente de Manu que no venció los reflejos de Valdés. Fue el último aliento del equipo local, que expiró cuando Ibrahimovuc le puso un centro exquisito a Messi. El argentino remató solo una jugada iniciada por Alves para sentenciar la victoria visitante y aupar al Barcelona al liderato provisional.
 
El Atlético ha sido incapaz de pasar de un pobre empate (1-1) ante el Racing en un encuentro en el que ofreció un futuro desalentador con una plantilla corta de efectivos y que insiste en los errores del pasado curso. Ni siquiera sirvió revulsivo la manifestación que los aficionados rojiblancos protagonizaron antes del encuentro, en contra de la errática política deportiva del club, que no se ha reforzado para una temporada cargada de compromisos. Ante los cántabros, no pudieron ser titulares el argentino Maxi Rodríguez ni el uruguayo Diego Forlán, convalecientes de los partidos con sus selecciones y necesitados de descanso. Además, con Raúl García e Ignacio Camacho lesionados, Abel Resino se vio obligado a incluir en la convocatoria a los canteranos Koke y Keko y a componer una alineación de circunstancias.

No obstante, el Atlético empezó bien con José Manuel Jurado como su mejor hombre. El ex madridista le echó ganas y vio premiado esfuerzo con un gran tanto (m.42) que calmó durante tres minutos a la hinchada, los que tardó el Racing en empatar por mediación de Serrano. Lo más destacado de la segunda parte fue la entrada de Diego Forlán en lugar del 'Kun'. No tardó el uruguayo en encontrar ocasiones para marcar. El uruguayo, que volvió a ser aclamado por la grada, fue de lo mejor de su equipo en el segundo acto. Pero no fue suficiente. El Atlético no tiene juego y tropezó en los mismos errores ante un Racing ordenado y que no sufrió para defender el empate con un hombre menos por la expulsión de Crespo. El Atlético, que pagó los errores de planificación estivales, fracasó sin que se atisben soluciones de urgencia.

En el partido que ha cerrado la jornada del sábado, el Sevilla ha vencido (4-1) al Zaragoza en el Sánchez Pizjuán, en un bonito partido en el que los de Manolo Jiménez han cosechado su primera victoria para acabar con las dudas tras la derrota en la primera jornada ante el Valencia. La afición de Nervión esperaba un gran partido del conjunto sevillista y los jugadores lo comenzaron a demostrar desde el inicio con continuas jugadas por las bandas a cargo de Jesús Navas y de Perotti.

El conjunto hispalense se adelantó con un gol de Konko a pase de Renato, aunque Arizmendi igualó la contienda rematando una jugada dentro del área. Antes del descanso, Luis Fabiano, que venía de anotar dos goles con la selección brasileña ante Argentina, se encargó de devolver el resultado a favor tras rematar un gran pase de Álvaro Negredo, que debutaba como titular. Tras el descanso, Ander Herrera tuvo que sustituir a Uche, que se retiró con molestias, pero Perotti amplió la renta con un disparo con su pierna izquierda que se coló por la escuadra de Carrizo y Luis Fabiano, por segunda vez, sentenció a un Zaragoza que no mereció tanto castigo.

 

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