(Libertad Digital) Nuevamente se ha puesto de manifiesto que el Barça puede ganar en cualquier campo sin realizar un fútbol vistoso. El equipo de Frank Rijkaard completó un partido práctico y supo llevar la manija. Sólo sufrió en la primera parte, cuando se descentró debido a sus propios errores. Salió con las pilas el conjunto azulgrana, que en esta ocasión vestía de amarillo fosforito. Joan Laporta había avisado a los jugadores y no quería que a su equipo le ocurriera lo mismo que al Real Madrid frente al Olympique Lyon.
El Barcelona tuvo la pelota y la jugó con criterio, abrió a las bandas cuando el juego lo permitía y apretó el acelerador aprovechando los espacios que le dejaba el Werder Bremen. Así llegó el primer gol, fruto de una triangulación marca de la casa entre Ronaldinho, Eto'o y Deco. El brasileño pudo controlar el balón en el área, arrastró a tres defensas y cedió para el camerunés. Tapado para el remate, éste le dejó el balón muerto al internacional portugués, que no se lo pensó. Como es costumbre, el balón golpeó en un defensa antes de colarse en la portería de Reinke. El equipo alemán parecía intimidado, quizá acomplejado porque es un conjunto muy potente físicamente, pero con ciertas carencias a la hora de tratar el balón. Además, tiró una defensa muy adelantada que el Barcelona no supo aprovechar. Lo intentó Eto'o, pero la zaga del Werder nunca perdió la línea y dejaba al camerunés en fuera de juego una y otra vez.
El Barcelona tuvo la pelota y la jugó con criterio, abrió a las bandas cuando el juego lo permitía y apretó el acelerador aprovechando los espacios que le dejaba el Werder Bremen. Así llegó el primer gol, fruto de una triangulación marca de la casa entre Ronaldinho, Eto'o y Deco. El brasileño pudo controlar el balón en el área, arrastró a tres defensas y cedió para el camerunés. Tapado para el remate, éste le dejó el balón muerto al internacional portugués, que no se lo pensó. Como es costumbre, el balón golpeó en un defensa antes de colarse en la portería de Reinke. El equipo alemán parecía intimidado, quizá acomplejado porque es un conjunto muy potente físicamente, pero con ciertas carencias a la hora de tratar el balón. Además, tiró una defensa muy adelantada que el Barcelona no supo aprovechar. Lo intentó Eto'o, pero la zaga del Werder nunca perdió la línea y dejaba al camerunés en fuera de juego una y otra vez.
Pero el equipo de Rijkaard volvió a demostrar su capacidad de metamorfosis. De manejar cómodamente el balón y aprovechar las bandas, pasó a ceder el dominio. En el ecuador de la primera parte, el Barça se empeñó en darle emoción al partido y sacó a relucir su versión más imprecisa, sin que el Werder apretase demasiado. El equipo de Thomas Schaaf se vino arriba y ahogó las salidas de balón del equipo azulgrana para desplegar un fútbol tan directo como rudimentario, salpicado de regalos del rival, pero falto de fortuna. Sólo así se explica que el Barça alcanzase el descanso con ventaja en el marcador, pues Valdez estuvo a punto de rematar entre los tres palos tras un error de Belletti, y Micoud envió al palo una volea ante la mirada atónita de Valdés.
En la reanudación, Rijkaard recurrió a Edmilson en lugar de un Belletti muy poco fiable. A los siete minutos de la reanudación, Deco pudo sentenciar al recoger un balón muerto en la frontal del área, aunque su disparo se fue al palo. El partido llegó entonces a una fase conservadora. El Werder Bremen no aprovechó la inercia con la que había llegado al descanso y el Barça se limitó a contemporizar. Así se presentaban las cosas cuando Rijkaard decidió premiar a Leo Messi. El argentino, que sustituyó a Giuly, pudo darse por fin un gustazo, el de olvidarse de pasaportes y de papeleos para jugar un partido oficial. En su tercera intervención, Messi combinó con Ronaldinho en una pared y, cuando iba a recibir el cuero, Schulz le agarró y le derribó en el área. Penalti claro y absurdo. Ronaldinho se encargó de transformar desde los once metros y acabar con las esperanzas del Werder Bremen. Casi no hubo tiempo para más. El cuadro alemán bajó los brazos y el Barcelona se conformó, porque sigue sin recibir goles desde que empezó la Liga y sabe que el primer paso en la Champions lo ha dado en firme.
En la reanudación, Rijkaard recurrió a Edmilson en lugar de un Belletti muy poco fiable. A los siete minutos de la reanudación, Deco pudo sentenciar al recoger un balón muerto en la frontal del área, aunque su disparo se fue al palo. El partido llegó entonces a una fase conservadora. El Werder Bremen no aprovechó la inercia con la que había llegado al descanso y el Barça se limitó a contemporizar. Así se presentaban las cosas cuando Rijkaard decidió premiar a Leo Messi. El argentino, que sustituyó a Giuly, pudo darse por fin un gustazo, el de olvidarse de pasaportes y de papeleos para jugar un partido oficial. En su tercera intervención, Messi combinó con Ronaldinho en una pared y, cuando iba a recibir el cuero, Schulz le agarró y le derribó en el área. Penalti claro y absurdo. Ronaldinho se encargó de transformar desde los once metros y acabar con las esperanzas del Werder Bremen. Casi no hubo tiempo para más. El cuadro alemán bajó los brazos y el Barcelona se conformó, porque sigue sin recibir goles desde que empezó la Liga y sabe que el primer paso en la Champions lo ha dado en firme.
Ficha técnica del partido
Werder Bremen, 0: Reinke; Owomoyela, Naldo, Pasanen, Schulz; Frings, Baumann (Jensen, m.62), Borowski, Micoud; Klasnic y Valdez (Hunt, m.82)
Barcelona, 2: Valdés, Belletti (Edmílson, m.46), Oleguer, Puyol, Gio; Xavi (Van Bommel, m.78), Márquez; Deco, Giuly (Messi, m.66), Ronaldinho; y Eto'o
Goles: 0-1, m.12: Deco; 0-2, m.76: Ronaldinho, de penalti
Árbitro: Terje Hauge (Noruega). Mostró cartulinas amarillas a Oleguer (m.24), Márquez (m.81) y Deco (m.92)
Incidencias: Partido de la primera jornada del grupo C de la Liga de Campeones disputado en el Weser Stadion de Bremen ante unos 45.000 espectadores
Barcelona, 2: Valdés, Belletti (Edmílson, m.46), Oleguer, Puyol, Gio; Xavi (Van Bommel, m.78), Márquez; Deco, Giuly (Messi, m.66), Ronaldinho; y Eto'o
Goles: 0-1, m.12: Deco; 0-2, m.76: Ronaldinho, de penalti
Árbitro: Terje Hauge (Noruega). Mostró cartulinas amarillas a Oleguer (m.24), Márquez (m.81) y Deco (m.92)
Incidencias: Partido de la primera jornada del grupo C de la Liga de Campeones disputado en el Weser Stadion de Bremen ante unos 45.000 espectadores