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El Barça regresa a Vistalegre para intentar derrotar a un crecido Estudiantes y llevarse la final

El Barcelona volverá a enfrentarse este viernes a los más de 15.000 seguidores del Estudiantes y a un equipo "crecido" tras llevarse de gran manera el tercer partido de la final de la ACB. Los azulgrana están convencidos de que si son capaces de mejorar su defensa tendrán mucho ganado para llevarse su undécimo título, aunque para ello deberán sobreponerse al escenario, la calidad del rival y, también, su propia ansiedad por resolver en el cuarto partido.

L D (EFE) Con dieciséis pérdidas de balón y 50 puntos encajados en los dos primeros cuartos del tercer encuentro, el Barcelona pensó que su primer envite en Madrid no sería el más propicio y a pesar de que estuvo cerca de darle la vuelta al partido (66-64), al final no creyó en su suerte.
 
Está demostrado que al Barcelona, en esta serie final, le va el ritmo frenético. Cuando Juan Carlos Navarro y Vlado Ilievski dirigen las operaciones, el equipo de Pesic rinde al máximo nivel. Si, además, Bodiroga está acertado, los azulgrana son prácticamente imbatibles. La pretensión de Pesic de dominar el rebote, una asignatura pendiente en el Palau, se ha cumplido en el primer encuentro jugado en Vistalegre, pero la defensa dejó mucho que desear, especialmente en lo referente a Nicola Loncar y Felipe reyes. Loncar (23 puntos con 4 triples) campó a sus anchas sin que Ilievski esta vez pudiera frenarle, mientras que Reyes (21 puntos y 6 rebotes) puso la directa, arrambló con todo bajos los aros y fue el más destacado del partido. Se aprovechó de las continuas ayudas de los pivotes azulgranas para resolver la situación.
 
En el lado barcelonista, Pesic dio algo de protagonismo al danés Christian Drejer (8 puntos y 3 rebotes en 12 minutos), un excelente jugador de equipo, gran tirador, buen pasador y reboteador, que no ha explotado todo su potencial en el Barcelona. Con vistas al cuarto encuentro, además de volver a cargar el juego interior, el Barcelona necesita frenar la ambición de Estudiantes e impedir desde el principio que los de Pepu Hernández crean en la victoria. Lo imprevisible de su baloncesto y la creatividad de sus jugadores convierten a los del Ramiro de Maeztu en un rival muy complicado y más si son capaces de forzar el quinto partido, un encuentro que, a pesar de disputarse en Barcelona, ya sería una ruleta rusa.

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