ATLÉTICO DE MADRID 2 – OFK BELGRADO 0
Un año ha tenido que esperar la afición rojiblanca para disfrutar del talento y visión de juego de Ibagaza, que confirmó en el Calderón las buenas maneras mostradas hace una semana en Belgrado, donde el bonaerense firmó tres asistencias de gol. La llegada del cántabro Gonzalo Colsa ha supuesto un auténtico regalo para el media punta, que a diferencia de la anterior campaña en la que se veía obligado a retrasar su posición, por fin puede moverse cerca del área rival, donde el "caño" adquiere su verdadera dimensión.
El primer gol rojiblanco llegaría de Fernando Torres, que culminó con un cabezazo una nueva jugada hilvanada entre Ibagaza y Aguilera, que supuso el 1-0 para los madrileños. Apenas unos segundos más tarde, en el minuto diez, pudo empatar el OFK el encuentro con un remate de cabeza de Bozovic, que obligó a lucirse al cancerbero local Sergio Aragones, sustituto hoy del argentino Leo Franco.
El descanso sentó especialmente bien a Musampa, que por primera vez desde que llegó al club colchonero se atrevió a llegar hasta la línea de fondo para poner un centro al área, circunstancia que no desaprovechó Aguilera para poner a los cincuenta minutos de juego de un derechazo el 2-0. Con el resultado asegurado, el Atlético fue poco a poco aminorando el ritmo de juego, lo que no impidió a los rojiblancos, favorecidos por la pasividad defensiva del OFK, seguir creando ocasiones de gol, que los delanteros del equipo madrileño no supieron aprovechar.
HAMBURGO 0 – VILLARREAL 1
El primer gol rojiblanco llegaría de Fernando Torres, que culminó con un cabezazo una nueva jugada hilvanada entre Ibagaza y Aguilera, que supuso el 1-0 para los madrileños. Apenas unos segundos más tarde, en el minuto diez, pudo empatar el OFK el encuentro con un remate de cabeza de Bozovic, que obligó a lucirse al cancerbero local Sergio Aragones, sustituto hoy del argentino Leo Franco.
El descanso sentó especialmente bien a Musampa, que por primera vez desde que llegó al club colchonero se atrevió a llegar hasta la línea de fondo para poner un centro al área, circunstancia que no desaprovechó Aguilera para poner a los cincuenta minutos de juego de un derechazo el 2-0. Con el resultado asegurado, el Atlético fue poco a poco aminorando el ritmo de juego, lo que no impidió a los rojiblancos, favorecidos por la pasividad defensiva del OFK, seguir creando ocasiones de gol, que los delanteros del equipo madrileño no supieron aprovechar.
HAMBURGO 0 – VILLARREAL 1
El equipo de Manuel Pellegrini se asentó perfectamente sobre el terreno de juego desde el inicio del encuentro, con una gran seguridad defensiva, un buen trabajo de recuperación en la medular de Josico y Senna, mientras que la movilidad de Jose Mari y Víctor ponía en apuros a la zaga germana. Los castellonenses se encontraban muy cómodos sobre el terreno de juego donde plasmaron la máxima que había exigido su técnico: rasear el balón para anular la envergadura de los alemanes e imponer de esta forma la mayor calidad técnica de su equipo.
El conjunto dirigido por Klaus Toppmoller apenas inquietó los dominios de Reina, ya que sus escasas ocasiones venían provocadas más por los puntuales errores en defensa del conjunto español que por sus aciertos ofensivos. A pesar de la manifiesta superioridad del Villarreal, los castellonenses no supieron sacar provecho de sus ocasiones de gol, pese a los apuros en que Roger, Jose Mari y Senna pusieron al meta local, por lo que se llegó al descanso con el empate inicial.
En la reanudación, cambió ligeramente la decoración del encuentro. El Villarreal bajó el pistón y el Hamburgo tuvo una mayor posesión del balón, aunque sin llegar con claridad al área de Reina, todo lo contrario que el equipo español que llegaba menos que en la primera mitad, aunque con idéntica peligrosidad. La mejor ocasión del Hamburgo llegó al cuarto de hora en un remate de Mpenza que rebotó en el cuerpo de Arruabarrena y se estrelló en el poste ante la inquieta mirada del meta español. Pese al susto, el Villarreal mantuvo la calma, capeó el dominio alemán y en el ecuador del segundo tiempo por fin consiguió el merecido gol, en una gran jugada de Jose Mari que culminó con un potente disparo desde la media luna que dejó la eliminatoria prácticamente sentenciada, ya que el equipo español supo mantener el control y dejó pasar los minutos sin grandes sobresaltos hasta que concluyó el encuentro.
El conjunto dirigido por Klaus Toppmoller apenas inquietó los dominios de Reina, ya que sus escasas ocasiones venían provocadas más por los puntuales errores en defensa del conjunto español que por sus aciertos ofensivos. A pesar de la manifiesta superioridad del Villarreal, los castellonenses no supieron sacar provecho de sus ocasiones de gol, pese a los apuros en que Roger, Jose Mari y Senna pusieron al meta local, por lo que se llegó al descanso con el empate inicial.
En la reanudación, cambió ligeramente la decoración del encuentro. El Villarreal bajó el pistón y el Hamburgo tuvo una mayor posesión del balón, aunque sin llegar con claridad al área de Reina, todo lo contrario que el equipo español que llegaba menos que en la primera mitad, aunque con idéntica peligrosidad. La mejor ocasión del Hamburgo llegó al cuarto de hora en un remate de Mpenza que rebotó en el cuerpo de Arruabarrena y se estrelló en el poste ante la inquieta mirada del meta español. Pese al susto, el Villarreal mantuvo la calma, capeó el dominio alemán y en el ecuador del segundo tiempo por fin consiguió el merecido gol, en una gran jugada de Jose Mari que culminó con un potente disparo desde la media luna que dejó la eliminatoria prácticamente sentenciada, ya que el equipo español supo mantener el control y dejó pasar los minutos sin grandes sobresaltos hasta que concluyó el encuentro.