L D (EFE) El aumento de la intensidad del viento en las horas anteriores al paso de la meta volante propició una de las singladuras más apasionantes en la historia de la prueba y que se resolvió a favor de la embarcación española por sólo un minuto y medio de ventaja al paso por el archipiélago brasileño de Fernando de Noronha, unos 70 Km. al Noroeste de la costa brasileña, a 360 Km. de la ciudad de Natal.
La persecución del ABN Amro 1 sobre el Movistar había empezado casi 24 horas antes, aunque a primera hora de la tarde del viernes la subida de la intensidad del viento a doce nudos (22 Km/h.) propició las condiciones ideales de navegación para la unidad de Mike Sanderson. Pero Bouwe Beeking, el patrón del barco español, se mantuvo muy atento a las maniobras de su rival directo. A media tarde la ventaja del Movistar era de unas diez millas (18 Km.) y navegaba a 12 nudos (22 Km/h.) mientras que el ABN Amro 1 lo hacia a 15 (28 Km/h.) y los cálculos hacían pensar que llegarían los dos al mismo tiempo a la meta volante aunque el Movistar, que maniobraba perfectamente, tendría una ligera ventaja.
La lucha durante las últimas 24 horas, con 365 millas (676 Km.) recorridas por ambas unidades, recordaba la mantenida en la llegada a Melbourne por ambos protagonistas y que acabó con el triunfo español por apenas siete segundos. El Movistar cruzaba la meta volante a las 22;52 (hora española) y el patrón del barco, Bouwe Bekking, no podía contener la emoción lanzando un grito impresionante. Era un resultado fantástico para el barco español, que de mantener su posición podría ser segundo en la general al final de la etapa.
De nuevo, el rey Juan Carlos felicita por vía telefónica a toda la tripulación mientras el ABN Amro 1, que no da tregua, se colocaba líder una millas más adelante de la meta volante. El Pirates-Pescanova de Paul Cayard cruzó la meta volante en tercera posición; el Ericsson sueco del estadounidense John Kostecki en cuarta y el Brazil 1 de Torben Grael en quinta a sólo cinco millas por detrás del Ericsson. Cuatro horas y media después del paso del Movistar, el ABN Amro 2 del francés Sebastien Josse era el último de la flota en cruzar la meta volante. Desde ahora ya no habrá ningún paso obligatorio más hasta el
La persecución del ABN Amro 1 sobre el Movistar había empezado casi 24 horas antes, aunque a primera hora de la tarde del viernes la subida de la intensidad del viento a doce nudos (22 Km/h.) propició las condiciones ideales de navegación para la unidad de Mike Sanderson. Pero Bouwe Beeking, el patrón del barco español, se mantuvo muy atento a las maniobras de su rival directo. A media tarde la ventaja del Movistar era de unas diez millas (18 Km.) y navegaba a 12 nudos (22 Km/h.) mientras que el ABN Amro 1 lo hacia a 15 (28 Km/h.) y los cálculos hacían pensar que llegarían los dos al mismo tiempo a la meta volante aunque el Movistar, que maniobraba perfectamente, tendría una ligera ventaja.
La lucha durante las últimas 24 horas, con 365 millas (676 Km.) recorridas por ambas unidades, recordaba la mantenida en la llegada a Melbourne por ambos protagonistas y que acabó con el triunfo español por apenas siete segundos. El Movistar cruzaba la meta volante a las 22;52 (hora española) y el patrón del barco, Bouwe Bekking, no podía contener la emoción lanzando un grito impresionante. Era un resultado fantástico para el barco español, que de mantener su posición podría ser segundo en la general al final de la etapa.
De nuevo, el rey Juan Carlos felicita por vía telefónica a toda la tripulación mientras el ABN Amro 1, que no da tregua, se colocaba líder una millas más adelante de la meta volante. El Pirates-Pescanova de Paul Cayard cruzó la meta volante en tercera posición; el Ericsson sueco del estadounidense John Kostecki en cuarta y el Brazil 1 de Torben Grael en quinta a sólo cinco millas por detrás del Ericsson. Cuatro horas y media después del paso del Movistar, el ABN Amro 2 del francés Sebastien Josse era el último de la flota en cruzar la meta volante. Desde ahora ya no habrá ningún paso obligatorio más hasta el
puerto de Baltimore, meta de la etapa, a unas 3.535 millas náuticas (6.550 Km.), y las embarcaciones deberán superar los temibles "Doldrums" (zonas de encalmadas y tormentas) en la línea del Ecuador.