L D (EFE) La persecución del Movistar, que ya dura una semana, se desarrolla ahora en la bahía de Chesapeake, el estuario más grande de los Estados Unidos, con más de 150 ríos y riachuelos que desembocan en ella. La bahía es famosa por ser el escenario de la batalla de Chesapeake, en 1781, en la que la flota francesa derrotó a la Marina Real Británica en la batalla naval decisiva de la guerra de independencia americana.
La última noche ha sido infernal para los participantes, con lluvia intensa, truenos y relámpagos. En la aproximación a la entrada de la de la bahía de Chesapeake, a 130 millas (240 Km.) de la meta, las dos embarcaciones han tenido que realizar numerosas viradas debido a los vientos cambiantes en la zona. Ya dentro de la bahía los contendientes han buscado el mejor ángulo para tener viento favorable y el ABN Amro 1, que ha dejado atrás la desembocadura del río Potomac, navega más al oeste de la bahía y más rápido (a 15 nudos) que el Movistar (alrededor de 14).
Un error del barco holandés podría provocar que el Movistar le alcanzase, pero para esto el viento debería bajar mucho de intensidad ya que la velocidad de la embarcación de Sanderson en estas condiciones es muy alta. El Pirates-Pescanova del estadounidense Paul Cayard tiene materialmente asegurada la tercera plaza cuando está a unas 130 millas (240 Km.) de la entrada de la bahía y podría cruzar la meta mañana a las 08:00, hora española.
Cuatro horas detrás está el Ericsson sueco de John Kostecki y Guillermo Altadill, que aventaja en sólo 45 minutos al Brazil de Torben Grael y Roberto Bermúdez de Castro, con el que mantiene una gran batalla desde hace una semana. A pesar de su gran remontada, el ABN Amro 2 de Sebastián Jossé sigue cerrando la etapa y esta noche se ha visto frenado al perder casi completamente su mástil. El navegante británico del segundo barco holandés Simon Fisher ha señalado que navegaban a 25 nudos (46 Km/h.) "y todo estaba bajo control".
"De repente sonó como una explosión en cubierta, seguida por los gritos de los tripulantes de guardia. La palanca de la corredera del mástil se había encallado y nada se oponía la fuerza del foque y del stay que tiraban del mástil hacia la proa", añadió. "Afortunadamente Scott Beavis, pensando rápidamente, lanzó el barco al viento y el mástil de 30 metros se retorció como una serpiente. Afortunadamente conseguimos bajar las velas sin daños y comenzar a reparar. Nadie se ha lastimado aunque ahora vamos a seguir compitiendo con más dificultades de las normales, pero vamos a intentar, en la medida de lo posible, batir al Brazil 1 antes de llegar a Baltimore ", concreta Fisher.
La última noche ha sido infernal para los participantes, con lluvia intensa, truenos y relámpagos. En la aproximación a la entrada de la de la bahía de Chesapeake, a 130 millas (240 Km.) de la meta, las dos embarcaciones han tenido que realizar numerosas viradas debido a los vientos cambiantes en la zona. Ya dentro de la bahía los contendientes han buscado el mejor ángulo para tener viento favorable y el ABN Amro 1, que ha dejado atrás la desembocadura del río Potomac, navega más al oeste de la bahía y más rápido (a 15 nudos) que el Movistar (alrededor de 14).
Un error del barco holandés podría provocar que el Movistar le alcanzase, pero para esto el viento debería bajar mucho de intensidad ya que la velocidad de la embarcación de Sanderson en estas condiciones es muy alta. El Pirates-Pescanova del estadounidense Paul Cayard tiene materialmente asegurada la tercera plaza cuando está a unas 130 millas (240 Km.) de la entrada de la bahía y podría cruzar la meta mañana a las 08:00, hora española.
Cuatro horas detrás está el Ericsson sueco de John Kostecki y Guillermo Altadill, que aventaja en sólo 45 minutos al Brazil de Torben Grael y Roberto Bermúdez de Castro, con el que mantiene una gran batalla desde hace una semana. A pesar de su gran remontada, el ABN Amro 2 de Sebastián Jossé sigue cerrando la etapa y esta noche se ha visto frenado al perder casi completamente su mástil. El navegante británico del segundo barco holandés Simon Fisher ha señalado que navegaban a 25 nudos (46 Km/h.) "y todo estaba bajo control".
"De repente sonó como una explosión en cubierta, seguida por los gritos de los tripulantes de guardia. La palanca de la corredera del mástil se había encallado y nada se oponía la fuerza del foque y del stay que tiraban del mástil hacia la proa", añadió. "Afortunadamente Scott Beavis, pensando rápidamente, lanzó el barco al viento y el mástil de 30 metros se retorció como una serpiente. Afortunadamente conseguimos bajar las velas sin daños y comenzar a reparar. Nadie se ha lastimado aunque ahora vamos a seguir compitiendo con más dificultades de las normales, pero vamos a intentar, en la medida de lo posible, batir al Brazil 1 antes de llegar a Baltimore ", concreta Fisher.