L D (Europa Press) Andreu explicó al diario que "hay dos tipos de chicos, los que toman sustancias para engañar y los que las toman sólo para intentar sobrevivir" y además aseguró haber tomado EPO y que admitía ahora el uso de la sustancia por su preocupación porque el dopaje está teniendo efectos negativos en el deporte. Ninguno de los compañeros dio en el pasado positivo por dopaje, y ambos aseguraron no haber visto nunca a Armstrong tomar sustancias prohibidas.
Por su parte, el máximo responsable del organismo antidopaje de Francia, informó de que el 60 por ciento de las justificaciones terapéuticas presentadas por los ciclistas durante el pasado Tour de Francia son sospechosas de esconder prácticas dopantes. Esos certificados médicos presentados por los ciclistas para el consumo de productos dopantes durante la ronda gala "suscitan dudas serias y hacen pensar que pueden esconder prácticas dopantes", afirmó al vespertino Le Monde el presidente del Consejo de Prevención y Lucha contra el Dopaje (CPLD), Pierre Bordry.
En total, durante el pasado Tour se efectuaron 180 controles, 149 de ellos urinarios, lo que afectó a 105 de los 199 ciclistas que formaban el pelotón. Trece corredores dieron positivo aunque sólo el caso del estadounidense Floyd Landis tuvo consecuencias, ya que el resto presentaban certificados médicos que les habilitaban a consumir esos productos.