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DISCURSO ÍNTEGRO DEL NUEVO PRESIDENTE DEL REAL MADRID

Queridos amigos:
 
Comparezco en esta rueda de prensa a tan solo dos días de mi aceptación del cargo porque soy consciente de que todos los socios y simpatizantes del Real Madrid tienen perfecto derecho a saber lo que piensa el nuevo Presidente del Club.
 
La grandeza de un Club, como el Real Madrid, es de sus socios, de todos los que le admiran, le quieren y desean su victoria. Todos tienen derecho a opinar, porque efectivamente ni yo ni nadie es el dueño del Real Madrid: solo soy un socio más al que ahora, de acuerdo con sus estatutos, le toca presidir el Club para preservar sus valores y sus activos hasta el momento, en que los socios sean convocados para elegir nuevo Presidente. Voy a explicar brevemente, por tanto: Cómo interpreto la situación que afecta al Club y que ha desembocado en la dimisión de Florentino Pérez; Por qué he aceptado presidir el Club, con el apoyo unánime de la Junta directiva, hasta las próximas elecciones; Qué creo que hay que hacer hasta que llegue ese momento; Cómo veo al Real Madrid y cuál va a ser el futuro inmediato del Club al que tantos millones de madrileños, de españoles y de personas de todo el mundo llevamos en el corazón.
 
Pero, antes de todo ello, quiero manifestar mi gratitud a Florentino Pérez, que hago extensiva a toda la Junta Directiva, y mi admiración personal por su trabajo. Gratitud porque ha puesto en mis manos la continuidad de un gran proyecto y la libertad para acometer las reformas importantes que necesita y que él va a ser el primero en apoyar. Admiración porque lo que ha significado Florentino Pérez en la vida de este Club no se le escapa a nadie con buen juicio. Se encontró con una entidad en riesgo de desaparición por su fuerte endeudamiento y la deja en el primer puesto del ranking económico de Clubes según el reciente informe de Deloitte.
 
Qué ha pasado:
 
La dimisión de Florentino Pérez pone fin a un período en el que el Real Madrid ha obtenido éxitos deportivos que están en la mente de todos y en el que la sociedad se ha consolidado de una manera envidiable y envidiada. Sin embargo, este es el tercer año en el que la marcha del equipo de fútbol no está a la altura del esfuerzo que se ha hecho por tener un equipo competitivo y en el que la imagen que ofrece el primer equipo no es la que todos deseamos.
 
Esta temporada aún no ha terminado y espero y deseo, como todo buen madridista, que las cosas se arreglen y podamos seguir adelante en la Liga de Campeones y obtener un puesto europeo en la Liga Nacional de fútbol. Todos ustedes saben que aunque consiguiéramos esos objetivos, la temporada no habría sido satisfactoria para el Real Madrid. Esta es nuestra exigencia: nosotros nos quejamos por unos resultados que contentarían al 99 por ciento de los clubes del mundo, pero para eso somos el Real Madrid.
 
Yo estoy aquí para decir esto: el Real Madrid no se puede conformar con ser un equipo como otro cualquiera, un Club mediano. Nosotros queremos ser los mejores, lo queremos siempre y cuando las cosas no son así, no nos conformamos. Estoy convencido de que la dimisión de Florentino Pérez, como el mismo ha dicho, va a ser el revulsivo que él quiere que sea y que merece la grandeza de su gesto y una referencia moral de la que nuestros jugadores y técnicos van a saber sacar las consecuencias necesarias.
 
El Real Madrid está por encima de todos nosotros, de su Presidente, de sus directivos, de sus jugadores, porque el Real Madrid es una entidad ya centenaria que tiene que hacer realidad, día a día, el esfuerzo, el sacrificio y los éxitos que constituyen su leyenda, y que llenan de orgullo a sus millones de seguidores de todo el mundo.
 
Ante la dimisión irrevocable de Florentino Pérez y por acuerdo unánime de la Junta Directiva he aceptado la responsabilidad de ser Presidente del Real Madrid conforme a lo que establecen los Estatutos vigentes. He aceptado el cargo de Presidente como un nuevo acto de servicio al Club y como expresión del hondo madridismo que siento desde niño. No les oculto que me parece el más alto honor que se puede otorgar a un madridista y que me voy a dejar la piel por sacar adelante esta misión hasta que se convoquen las nuevas elecciones. Estoy convencido que es lo que habría hecho cualquiera de los directivos y aún cualquiera de los socios y de las personas que sienten al Real Madrid como algo propio.
 
Pido a todas esas personas la misma lealtad que, en su caso, yo habría tenido con ellas, porque mi sentido de responsabilidad me exige ejercer en plenitud las competencias que me corresponden dentro del mandato que estatutariamente corresponde a esta Junta Directiva.
 
Cómo veo la situación actual y qué creo sobre el Real Madrid
 
El Real Madrid es, además del Club de nuestros sueños, un símbolo universalmente reconocido y pueden estar ustedes absolutamente seguros de que lo va a seguir siendo. Lo va a seguir siendo porque todos los que pertenecemos a este Club sabemos bien que servimos a una institución ejemplar, legendaria y que está por encima de todos nosotros, de nuestros intereses, de nuestros derechos y, por supuesto, por encima de nuestros ocasionales defectos.
 
Ningún miembro del Real Madrid debe perder nunca de vista que sirviendo al equipo es como de verdad nos hacemos grandes y obtenemos la admiración y el cariño de los millones de personas que nos siguen. Sería absolutamente insensato someter en este momento al Club a más tensiones que las que tiene que soportar inevitablemente. La legítima ambición de quienes aspiran a presidir el Club tiene que subordinarse a los intereses deportivos del Real Madrid para poder escoger el momento más adecuado a la celebración de unas elecciones.
 
Ahora hay que salvar la temporada, planificar con prudencia la temporada que se nos viene encima y, después, convocar elecciones para que el Presidente pueda planificar con tiempo y con calma lo que ha de pasar en los próximos años. Creo que en este asunto tenemos que tener en primer lugar un firme amor al Real Madrid y luego, también, buen espíritu deportivo: respeto a las reglas, juego limpio y que gane el mejor, es decir, el Real Madrid.
 
Permítanme, por último, que les exponga muy brevemente algunos de los puntos esenciales de mi visión deportiva que van a inspirar mi actuación mientras sea Presidente. El deporte es una de las más nobles actividades por las que pueden interesarse los hombres. Representa el esfuerzo humano por superar nuestros límites, la lucha por la perfección, el dominio y el control perfecto de la fuerza física que se convierte gracias al deporte en fuente de belleza, en un espíritu que ennoblece y dignifica la vida humana. Pero el deporte supone también el triunfo de la inteligencia estratégica, del espíritu de cooperación, de la capacidad de sacrificio por ideales comunes y por el éxito de los que forman parte de nuestro equipo.
 
Vencer a enemigos débiles no tiene mérito alguno. El mérito está en ganar a los campeones, en obligar a quienes luchan con nosotros a sacar lo mejor de si mismos para que la victoria sea, en todo caso, un motivo de gloria. Es evidente que no se puede ganar sino se está convencido de que podemos hacerlo, de que, aunque no haya enemigo pequeño y no se menosprecie a nadie, nunca se sale al campo como víctima, pasivamente, a ver si hay suerte y no pasa nada grave. Nada hay más ajeno al espíritu del deporte, al espíritu que el Real Madrid ha encarnado siempre con ejemplaridad y con nobleza, que el derrotismo, que rendirse antes de tiempo, que dejarse llevar por la fatalidad y por la indolencia.
 
El fútbol es lucha, es bravura, es audacia, es inteligencia y técnica. El fútbol es sacrificio y trabajo. Es saber que representamos a una comunidad que nos paga el sueldo y nos deja hacer lo que más nos gusta pero que, muy justamente, tiene derecho a pedirnos que nos dejemos la piel, que, como suele decirse, sudemos la camiseta.
 
Cómo va a ser mi Presidencia
 
Pienso hacer que estos principios se pongan seriamente en juego y que todos los que trabajan para el Club, pero en especial sus deportistas, sepan que no se puede estar en el Real Madrid sin darlo todo por el equipo y que si la sociedad les reconoce el derecho a unas remuneraciones extraordinariamente altas es porque se espera de ellos un esfuerzo absolutamente ejemplar. No me temblará la mano para tomar las decisiones que sean convenientes para hacer que todos sepan llevar con dignidad nuestra camiseta.
 
Pienso crear una comisión independiente que nos asesore para valorar el esfuerzo de los jugadores y la ejemplaridad de su conducta personal y deportiva y para ayudarnos a conseguir que los jugadores del Real Madrid formen siempre el mejor equipo y se comporten siempre con responsabilidad y con entrega. El Real Madrid no puede ser un club de millonarios sino de deportista, de maravillosos deportistas que se dejan la piel en el campo y que subordinan su vida entera, veinticuatro horas al día, a conseguir un estado físico perfecto y una moral de victoria que permita satisfacer los deseos y el orgullo de nuestros seguidores.
 
Quiero afrontar este final de temporada con tranquilidad y con esperanza y planificar el año que viene a la vista del rendimiento que todos, jugadores y cuerpo técnico, sean capaces de dar en este tramo final en el que nos jugamos, como nunca, nuestro prestigio y nuestra posición deportiva. Quien no esté a la altura de las circunstancias ya sabe a que va a atenerse. Quien sea capaz de darlo todo por el Real Madrid puede estar tranquilo porque este Club siempre ha sido “valiente y generoso” y lo va a seguir siendo.
 
Creo que el Club ha hecho un esfuerzo enorme para tener una plantilla mejor que la de años anteriores y esperamos que, aunque hasta ahora no haya sido así, ese esfuerzo se traduzca en los mejores resultados posibles, porque todavía estamos a tiempo de rectificar. Creo que el Real Madrid tiene que ser el mejor no solo porque ficha a los mejores, sino porque todos los jugadores del Real Madrid sepan dar lo mejor de sí mismos para formar el mejor equipo, para estar a la altura del Club que les da gloria y honores.
 
Quien quiera permanecer en el Real Madrid para llevar una vida regida por la ley del mínimo esfuerzo se ha equivocado de medio a medio, pero quien sepa esforzarse y luchar sabe que nos tendrá a su lado como ha sucedido siempre en la historia del Club. Convoco a todos los madridistas a un ejercicio de exigencia y de unidad. Creo que es el mejor homenaje de gratitud que podemos hacer a Florentino Pérez que nos ha enseñado dos cosas, a ser ambiciosos como buenos madridistas y a poner al Real Madrid por encima de todo.
 
Quiero concluir con un recuerdo muy cariñoso hacia la figura de nuestro Presidente de Honor, de Alfredo Di Stefano, protagonista de tantas páginas gloriosas de nuestra historia y ejemplo permanente de lo mejor del madridismo. ¡Ojalá sepamos todos mirarnos en ese espejo!
 
Muchas gracias a todos… ¡y a trabajar!
 
El texto de este discurso ha sido tomado de la web oficial del Real Madrid.

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