L D (EFE) Argentina dominó con diferencias cortas antes del descanso hasta que Darjus Lavrinovic empezó a salirse de la pintura y a buscar el tiro exterior, lo que creó problemas a los postes albicelestes. Dos triples del lituano anularon la ventaja de los chicos de Sergio Hernández, que llegaron al descanso cinco puntos por debajo (33-38). El bloque argentino jugó mejor con Pablo Prigioni que con Pepe Sánchez y también frente a las defensas individuales que contra las zonas utilizadas por Lituania. Era lo que esperaban. El técnico de los campeones olímpicos va a centrar la última fase de la preparación mundialista en acoplar sus sistemas defensivos y en pulir los ataques contra las disposiciones zonales.
La zona y el tiro exterior volvieron a darle fuerza a Lituania en el tercer cuarto. A dos minutos para el final del periodo dominaba por diez puntos (54-64). La respuesta partió de nuevo de las manos de Pablo Prigioni, que condujo a los suyos a un parcial de 11-1 y dejó el tanteador igualado a falta del último corte (65-65). Había intensidad. Prigioni recibió una falta técnica nada más arrancar el cuarto final por protestar una jugada en la que Darjus Lavrinovic entró como un tren por la zona y le arrolló sin que señalaran falta al pívot europeo.
El parcial en menos de dos minutos retrasó a Argentina al punto de partida anterior (67-75). Lavrinovic era el principal brazo ejecutor. El pívot dio un recital de recursos individuales. Lo mismo juega cerca del aro que sale a lanzar al perímetro o corre el contraataque. Argentina, como siempre, lucha hasta el final. No renuncia a nada. El corazón y la constancia puso el partido en tierra de nadie con menos de cuatro minutos para la bocina (80-82). Una jugada de Carlos Delfino retrató la fuera albiceleste. Robo a mitad de pista en la presión y mate a una mano con un defensor encima. Los argentinos estaban vivos (82-84 m.38).
Delfino culminó la remontada en otra espectacular jugada (86-85). Argentina imponía los galones de los campeones olímpicos. Ginobili, que también estuvo caliente en los minutos finales, decidió en otra fantástica penetración (88-87). Buen partido y buenos augurios para ambos conjuntos.
La zona y el tiro exterior volvieron a darle fuerza a Lituania en el tercer cuarto. A dos minutos para el final del periodo dominaba por diez puntos (54-64). La respuesta partió de nuevo de las manos de Pablo Prigioni, que condujo a los suyos a un parcial de 11-1 y dejó el tanteador igualado a falta del último corte (65-65). Había intensidad. Prigioni recibió una falta técnica nada más arrancar el cuarto final por protestar una jugada en la que Darjus Lavrinovic entró como un tren por la zona y le arrolló sin que señalaran falta al pívot europeo.
El parcial en menos de dos minutos retrasó a Argentina al punto de partida anterior (67-75). Lavrinovic era el principal brazo ejecutor. El pívot dio un recital de recursos individuales. Lo mismo juega cerca del aro que sale a lanzar al perímetro o corre el contraataque. Argentina, como siempre, lucha hasta el final. No renuncia a nada. El corazón y la constancia puso el partido en tierra de nadie con menos de cuatro minutos para la bocina (80-82). Una jugada de Carlos Delfino retrató la fuera albiceleste. Robo a mitad de pista en la presión y mate a una mano con un defensor encima. Los argentinos estaban vivos (82-84 m.38).
Delfino culminó la remontada en otra espectacular jugada (86-85). Argentina imponía los galones de los campeones olímpicos. Ginobili, que también estuvo caliente en los minutos finales, decidió en otra fantástica penetración (88-87). Buen partido y buenos augurios para ambos conjuntos.