El pupilo de Alex Corretja necesitaba un triunfo de Federer para confirmar su presencia en semifinales, pero la derrota del suizo impidió su clasificación por el triple empate. En esta situación se decidió el pase mediante el número total de juegos ganados. El guarismo perjudicó al británico, que acumuló el peor balance.
Del Potro, que debía vencer para seguir adelante, salió a por todas y buscó las esquinas en cada golpe, algo que consiguió por la 'ausencia' del helvético, que estuvo falto de concentración. El tandilense se mantuvo soberbio con su servicio y machacó a Federer, que olvidó la importancia de no perder por excesiva diferencia.
Sin embargo, el número uno mundial hasta finales de año enmendó su actuación en el segundo set, en el que cambió su pauta de juego para comenzar a armarse. Federer se hizo fuerte con su saque --lo pasó mal con el del argentino-- y llevó el envite hasta la muerte súbita, donde deleitó con golpes elegantes. Y es que ése es el mejor adjetivo que define a un súper clase como Federer. El de Basilea sufrió un 'mini-break' (3-1), pero entre los errores de su oponente y las magistrales dejadas en puntos decisivos, terminó por apuntarse una segunda manga sin tener ni siquiera opción de rotura del saque de Del Potro.
Ya en el tercer set, Federer volvió a la desconcentración y permitió el dominio del número cinco del circuito, que agitaba su raqueta en señal de rabia. El espigado jugador sudamericano recordaba su victoria en el Abierto de Estados Unidos y aplicó la misma estrategia. 'Delpo' abusó del saque vertiginoso y provocó el comienzo de un nuevo partido. Aún así, Federer, con lo mínimo, continúo ganando su servicio para mantener la igualdad hasta el séptimo juego, que fue cuando el suizo --tras 1 hora y 53 minutos de partido-- dispuso de su primera bola de rotura en todo el encuentro.
El argentino, no obstante, no permitió que Federer se apuntara el juego y se lo llevó con fuerza, la misma que le dio licencia para acudir imparable al resto. Fue entonces cuando se colocó 5-3 y sirvió para ganar. Ahí no falló. Comenzó con un 'ace' y terminó de la misma manera --once en el choque-- para dejar en el camino a Murray.