L D (EFE) La ciudad de Rustenburgo comenzó a disfrutar del ambiente de la Copa Confederaciones con el primer entrenamiento de España. Unos 1.200 aficionados, la mayoría de ellos niños de un colegio, enloquecieron con los internacionales españoles y los recibieron al ritmo de cánticos tribales. Conocían el nombre de los 23 elegidos por Del Bosque y ni el frío ni la lluvia impidieron que calentasen con sus canciones los minutos previos a la primera sesión de trabajo y que coreasen cada jugada, celebrasen cada gol como si fuese un partido oficial.
En un entrenamiento de hora y diez minutos de duración, la buena noticia la protagonizaron Piqué y Silva. Si ante Azerbaiyán ya participaron en la segunda parte Carlos Puyol y Sergio Ramos, los otros dos jugadores que arrastraban molestias musculares y en el pubis, respectivamente, Del Bosque comprobó que ya dispone de los 23 jugadores que lucharán por ganar la Copa Confederaciones desde el próximo domingo.
Piqué y Silva superan sus molestias en los abductores y completaron todo el entrenamiento. La primera parte de suave carrera, antes de ejercicios de toque y presión con balón más un partido final en el que Del Bosque no ensayó con el equipo que debutará el domingo (20.30 horas) ante Nueva Zelanda.
El entrenamiento acabó con lanzamientos a puerta de faltas al borde del área, con las habituales bromas de los jugadores de campo con los porteros, que tuvieron trabajo más fuerte separados del grupo en gran parte de la sesión. La lluvia, que no había cesado desde que hace 24 horas aterrizó España en Sudáfrica, paró dos horas coincidiendo con el entrenamiento. Desde las 18.30 horas, la selección española completará la doble sesión de trabajo planificada por Del Bosque.