L D (EFE) El ciclista, al que posteriormente desposeyeron de su título de campeón del mundo, relataba que se hizo con la EPO en Italia y en España y reconoce haberla consumido antes del Mundial de 2003 disputado en la localidad canadiense de Hamilton. "Uno se dopa porque es prisionero de sí mismo, de la gloria y del dinero. No estaba orgulloso de mí mismo", afirma.
Acusa a su equipo, el Cofidis, de mirar para otro lado sobre las prácticas de dopaje de sus corredores, una afirmación que también sostuvo el francés Philippe Gaumont, muy crítico con una política deportiva que empuja al dopaje. Millar y Gaumont han declarado en la segunda jornada del juicio, después de que el lunes lo hicieran Robert Sassone y el falso médico Boguslaw Madejak.
Massimiliano Lelli, Médéric Clain, Marek Rutkiewicz y Daniel Majewski también se sientan en el banquillo de los acusados, al igual que el director deportivo de una formación de tercera división, Oleg Kozlitine, y el farmacéutico parisino Pierre Ben Yamin. Están acusados de "infracción a los reglamentos sobre el comercio y el empleo de sustancias venenosas" y/o "incitación al uso de productos o procedimientos dopantes o ocultación por un deportistas que participa a una competición o a una manifestación deportiva".
Los principales acusados pueden ser castigados, por su parte, con un máximo también de dos años de prisión y 3.750 euros de multa por la adquisición o cesión de sustancias dopantes y 75.000 euros de multa por la incitación al dopaje. Está previsto que el juicio quede visto para sentencia el próximo viernes y el tribunal podría haber pública su deliberación tres o cuatro semanas después.
La investigación de este nuevo asunto de dopaje en el ciclismo francés arrancó en la primavera de 2003 tras la recepción de una información anónima que señalaba a un médico de Cofidis, el polaco Boguslaw Madejak, alias "Bob", como el centro de un tráfico de EPO. A diferencia del caso Festina, el magistrado no detectó en Cofidis una red organizada de dopaje, sino "una suma de comportamientos individuales ilícitos en un medio fuertemente marcado por la toma de medicamentos y de sustancias prohibidas", según resume la requisitoria.
Acusa a su equipo, el Cofidis, de mirar para otro lado sobre las prácticas de dopaje de sus corredores, una afirmación que también sostuvo el francés Philippe Gaumont, muy crítico con una política deportiva que empuja al dopaje. Millar y Gaumont han declarado en la segunda jornada del juicio, después de que el lunes lo hicieran Robert Sassone y el falso médico Boguslaw Madejak.
Massimiliano Lelli, Médéric Clain, Marek Rutkiewicz y Daniel Majewski también se sientan en el banquillo de los acusados, al igual que el director deportivo de una formación de tercera división, Oleg Kozlitine, y el farmacéutico parisino Pierre Ben Yamin. Están acusados de "infracción a los reglamentos sobre el comercio y el empleo de sustancias venenosas" y/o "incitación al uso de productos o procedimientos dopantes o ocultación por un deportistas que participa a una competición o a una manifestación deportiva".
Los principales acusados pueden ser castigados, por su parte, con un máximo también de dos años de prisión y 3.750 euros de multa por la adquisición o cesión de sustancias dopantes y 75.000 euros de multa por la incitación al dopaje. Está previsto que el juicio quede visto para sentencia el próximo viernes y el tribunal podría haber pública su deliberación tres o cuatro semanas después.
La investigación de este nuevo asunto de dopaje en el ciclismo francés arrancó en la primavera de 2003 tras la recepción de una información anónima que señalaba a un médico de Cofidis, el polaco Boguslaw Madejak, alias "Bob", como el centro de un tráfico de EPO. A diferencia del caso Festina, el magistrado no detectó en Cofidis una red organizada de dopaje, sino "una suma de comportamientos individuales ilícitos en un medio fuertemente marcado por la toma de medicamentos y de sustancias prohibidas", según resume la requisitoria.