David García da al Xacobeo Galicia su primera alegría en la Vuelta
David García Dapena, del Xacobeo Galicia, ha ganado en solitario la decimoquinta etapa de la Vuelta a España, de 202 kilómetros entre Cudillero y Ponferrada. Ha sido una jornada de transición en la que Alberto Contador ha paseado el maillot oro de líder sin dificultad. El corredor madrileño del Astana continúa con una amplia ventaja sobre sus más inmediatos perseguidores en la clasificación general: su compañero Levi Leipheimer y Carlos Sastre (CSC).
L D (EFE) García Dapena ha secado las lágrimas de su equipo, hundido tras la derrota de Ezequiel Mosquera en la jornada anterior ante Contador y Leipheimer, acusados por Álvaro Pino de no haber querido dar un solo relevo. "Los pobres también sabemos hacer daño", decía el técnico. Pues no hizo falta dañar a nadie, ya que este corredor de 30 años fue el más hábil dentro de un grupo de cuatro escapados y logró la etapa que tenía marcada desde antes de empezar la Vuelta.
El 'pitoniso' de Marín entró en la meta de la capital del Bierzo con tiempo de sobra para vivir el mejor momento de su vida y rehabilitar al cuadro gallego, también de fiesta por haber asegurado su continuación en el pelotón la próxima temporada. Marcó un tiempo ganador de cinco horas, dos minutos y 27 segundos. Ganó la partida a rivales de postín como el 'clasicómano' belga Nick Nuyens y el español Juan Manuel Gárate, ambos a 17 segundos del gallego. Tras el goteo de unos cuantos corredores que venían procedentes de la escapada del día, el pelotón cerró la jornada a 14:22.
Día de gloria para García Dapena, que se apuntó la victoria con habilidad y clase en un final muy complicado. Un corredor veterano profesional desde 1999 y formado en el ciclismo portugués, donde ha conseguido diez victorias en ocho temporadas. Este año se anotó la Vuelta a Turquía, y en Ponferrada se presentó en la alta sociedad del ciclismo español. Se estrenó en la Vuelta. Tuvo un día plácido Alberto Contador, sin sobresaltos, con sus rivales acogotados tras dos días sometidos a sus ataques. La general no se mueve en la zona noble. El madrileño mantiene a Leipheimer a 1:17 y a Sastre a 3:41. No se esperan cambios hasta la cronoescalada de Navacerrada, donde se espera otro 'show' del 'pistolero' del Astana.
La semana fantástica de Contador comenzó en Cudillero, en la costa asturiana. Una jornada de calma después de las exhibiciones del madrileño en El Angliru y San Isidro, esta última rematada con la rabieta del director del Xacobeo Álvaro Pino 'versus' su colega del Astana Johan Bruyneel, por un quítame allá un relevo para Mosquera. Estaba cantada una escapada consentida con visos de éxito. No tardó en formarse una numerosa excursión de 17 corredores, en el kilómetro 37, todos ellos perdidos en la general. Se metieron en la aventura, entre otros, David Arroyo y Xavier Zandio (Caisse D'Epargne), José Luis Arrieta (Ag2r), Mikel Astarloza (Euskaltel), David García (Xacobeo) y Juan Manuel Gárate (Lampre). También se apuntaron expertos como los belgas Nuyens y Gilbert, doble vencedor de la Het Volk, y el ruso Mikhail Ignatiev, un torpedo en los kilómetros finales.
La disposición del pelotón se reflejó con el retraso de diez minutos en el Alto de Somiedo (primera categoría) y de doce en el Alto del Corral de los Lobos (segunda). El cartel del cuarto de hora se lo enseñaron a estos modestos guerrilleros en la cima del Ocero (tercera). De ahí a Ponferrada, un peregrinaje salpicado de maniobras tácticas. Unos por salir en solitario, otros por aguantar. Contador tuvo tiempo para ir a la consulta médica para curarse una herida en la rodilla. Los campeones también se caen, aunque en esta ocasión sin consecuencias.
José Luis Arrieta, de 37 años y quince en la profesión ciclista, arrancó a 30 kilómetros de meta. Pero lo hizo sin suerte, pues fue alcanzado en el circuito ponferradino, donde esperaba una trampa inesperada que decidió la etapa. Se trata del Lombillo, un repecho de tres kilómetros con rampas de hasta el 15 por ciento, en una carretera estrecha y chisposa, de esas que se pegan a las ruedas. Allí se sucedieron los ataques. Arroyo, Nuyens, David García y Gárate abrieron hueco, coronaron en la cuesta y bajaron a saco en zona parcheada por el asfalto. Un final de clásica de primavera.
Tras un serio intento de Nuyens, saltó con determinación García Dapena a cuatro kilómetros de la capital templaria. Los demás se dedicaron al marcaje, a mirarse. Y, claro está, el gallego aprovechaba para largarse. Esta vez no dependía del Astana. Buena noticia. Ya no necesitaba los relevos de nadie. Tuvo fuerzas para llegar hasta la meta y tiempo para festejarlo. Por fin la fiesta en la casa del pobre y sin hacer daño a nadie, como debe ser. Llegaron las lágrimas. Pero de alegría.
La decimosexta etapa de la Vuelta a España unirá Ponferrada y el Bierzo a través de 186,3 kilómetros. Nada más empezar, los corredores han de afrontar el Alto del Acebo (primera categoría), única dificultad orográfica de una jornada que vuelve al llano y, por lo tanto, supondrá el regreso de los esprinters.
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