L D (EFE) Al conjunto de Otto Baric de nada le valió tener más recursos técnicos porque se topó ante un oponente muy bien ordenado que supo rehacerse con disciplina a la segunda amarilla que vio el centrocampista del PSV Eindhoven por alejar el balón tras ser penalizado con una falta. Los croatas sucumbieron en su intento de batir al carismático meta Joerg Stiel, el jugador más veterano de la competición. El seleccionador suizo ha formado un bloque rocoso con un 4-3-1-2 que luego, con un hombre menos transformó en un 4-4-1, liderado atrás por Murat Yakin y pendiente en ataque de los movimientos de Hakan Yakin, así como de Alexander Frei y de otro ilustre veterano como Stephane Chapuisat.
Croacia, que quiso imponer su teórica superioridad en el comienzo de la contienda con el juego por las bandas de Mornar e Ivica Olic, se atascó en el centro del campo y demostró que la plantilla que dispone en esta etapa de transición dista mucho de la que brilló sobremanera en el Mundial de Francia'98 con el bronce. Suiza superó los primeros compases de incomodidad, se asentó sobre el campo y fue un muro infranqueable para los croatas. No obstante, Croacia tuvo la ocasión del partido a los 39 minutos cuando la zaga suiza hizo mal el fuera de juego, Simunic remató solo, Stiel rechazó con muchas dificultades y Olic, solo, envió alto cuando lo más fácil había sido marcar el gol.
No materializó su gran opción y lo pagó tan caro que su propia impotencia le impidió aprovechar la expulsión de Vogel al inicio de la segunda mitad. Ni siquiera la salida de Milan Rapajic para dar aire a la banda izquierda modificó el panorama. Suiza, bien armada atrás y en la medular, manejó la situación con soltura. Incluso se atrevió a inquietar al meta Butina, titular por la lesión de Pletikosa, quien salvó un gol a un disparo de Huggel (m.77). Croacia buscó con más insistencia la victoria en los últimos minutos, pero sin acierto. El empate castiga a ambos equipos, que ahora están abocados a buscar la hazaña, por cuanto sus dos siguientes rivales son los que se perfilan como claros aspirantes a estar en cuartos, Francia e Inglaterra.
Croacia, que quiso imponer su teórica superioridad en el comienzo de la contienda con el juego por las bandas de Mornar e Ivica Olic, se atascó en el centro del campo y demostró que la plantilla que dispone en esta etapa de transición dista mucho de la que brilló sobremanera en el Mundial de Francia'98 con el bronce. Suiza superó los primeros compases de incomodidad, se asentó sobre el campo y fue un muro infranqueable para los croatas. No obstante, Croacia tuvo la ocasión del partido a los 39 minutos cuando la zaga suiza hizo mal el fuera de juego, Simunic remató solo, Stiel rechazó con muchas dificultades y Olic, solo, envió alto cuando lo más fácil había sido marcar el gol.
No materializó su gran opción y lo pagó tan caro que su propia impotencia le impidió aprovechar la expulsión de Vogel al inicio de la segunda mitad. Ni siquiera la salida de Milan Rapajic para dar aire a la banda izquierda modificó el panorama. Suiza, bien armada atrás y en la medular, manejó la situación con soltura. Incluso se atrevió a inquietar al meta Butina, titular por la lesión de Pletikosa, quien salvó un gol a un disparo de Huggel (m.77). Croacia buscó con más insistencia la victoria en los últimos minutos, pero sin acierto. El empate castiga a ambos equipos, que ahora están abocados a buscar la hazaña, por cuanto sus dos siguientes rivales son los que se perfilan como claros aspirantes a estar en cuartos, Francia e Inglaterra.