El ciclista español Alberto Contador (Astana) realizó un balance de esta primera semana de la 97 edición del Tour de Francia, destacando lo "cómodo" que se sintió en el pavés de Arenberg, y aseguró que, en caso de que se vea "bien de piernas", atacará el sábado en la primera de las etapas alpinas.
"Ahora tenemos una situación bastante buena. Hay varios equipos como el Saxo Bank, el RadioShack o el Liquigas que deben trabajar más, pero nunca se sabe. Si me veo que voy bien de piernas intentaré atacar, pero lo más normal es que esté a la expectativa. Aunque luego siempre ataco, como en la pasada Dauphiné Libéré", dijo el madrileño, en declaraciones a TVE, recogidas por Europa Press.
Asimismo, el bicampeón de la 'Grande Boucle' confirmó que hay equipos "más fuertes" que el propio Astana, por lo que "no" intentarán "asumir toda la responsabilidad". "Soy consciente de hasta dónde puedo asumir la responsabilidad. Nosotros tampoco vamos a involucrarnos al cien por cien, porque sabemos que no somos tan fuertes como otros equipos", sentenció.
Por su parte, el corredor pinteño, que espera ambicioso el comienzo de la montaña en la séptima etapa de la ronda gala que ligará la ciudad de Tournus con la 'Station des Rousses' sobre 165,5 kilómetros, explicó sus aspiraciones de cara a su tercer entorchado en la carrera de mayor prestigio internacional.
"Sé que se puede ganar o no, pero viendo cómo han ido las cosas en los últimos años, me veo con la necesidad de ganar. Es importante pensar eso, luego se puede ganar o no, porque hay mucho nivel y los rivales cada ves son más fuertes", comentó.
Además, Contador reconoció el motivo por el que, a lo largo de estas etapas de transición antes del paso por Los Alpes, varios de sus lugartenientes aparecen en la parte trasera del pelotón. "En los últimos 10 kilómetros siempre hay mucha tensión y riesgo de caídas. Para superarlos tengo a cuatro corredores y conservo al resto de cara a la última semana del Tour", afirmó.
"En el pavés me encontré muy cómodo"
Por otro lado, y en referencia al "infierno" vivido en las primeras jornadas por Bélgica y Holanda, el español comprendió la "situación especial" que se generó tras la caída de Andy Schleck (Saxo Bank) en la primera etapa, así como la tregua del pelotón, a la vez que resumió sus sensaciones en el pavés de Arenberg.
"En los adoquines me encontré muy cómodo todo el tiempo. Usé una bicicleta especial que había utilizado Fabian (Cancellara) en el Tour de Flandes, y conté con la recomendación en abril de (Peter) Van Petegem. Me dijo qué ruedas utilizar y las formas de afrontar el pavés. La pena lo de la rueda y el corte que provocó la caída de Frank (Schleck)", zanjó.
Por último, el líder de Astana volvió a incidir en los éxitos del deporte español a lo largo del mes de julio. "Nadal ha recuperado su nivel, la selección de fútbol en la final y confío en que ganen el domingo. A mí me falta mucho. Restan muchos kilómetros por recorrer y es pronto para hablar de una nueva victoria", concluyó.