L D (EFE) La Vuelta empezará con 21 equipos y un total de 189 corredores que asumirán la responsabilidad de demostrar que al ciclismo aún le queda crédito después de todo lo que ha llovido sobre él. La prueba ofrece un interesante cartel de corredores y un recorrido con cinco finales en alto y dos contrarreloj repartidos en 21 etapas y un total de 3.129 kilómetros, cifra menos dura, más humana que ediciones anteriores.
Menchov, que por fin recogió sus laureles como vencedor de la pasada edición y los españoles Pereiro, virtual ganador del Tour tras el fiasco de Landis; Valverde, la referencia del ciclismo nacional y Sastre, un valor seguro de regularidad en la lucha por el podio, son junto al kazako Vinokourov los grandes nombres de la carrera ante su comienzo en la capital de la Costa del Sol. Con los implicados en escándalos diversos a buen recaudo, la Vuelta 2006 se presenta atractiva y con el convencimiento de que se halla ante "una final", ya que otro tropiezo similar al del año pasado, con la descalificación del campeón, Roberto Heras, podría dar la puntilla a un deporte que ya paga la deserción de patrocinadores por las trampas de algunos.
La organización lo sabe, de ahí que haya leído la cartilla del código ético en voz alta ante aquellos débiles de espíritu. 26 inspectores médicos ya trabajan para velar por el cumplimiento del reglamento. De momento los 189 corredores saldrán sin mayor novedad, lo que en estos tiempos, constituye la primera buena noticia. Menchov se presenta "menos fresco que en el Tour", en el que fue sexto, y merece defender el dorsal número uno. Su desgaste en Francia le puede pasar factura en una Vuelta exigente. Oscar Pereiro sufrió los efectos del exceso de popularidad y se confiesa dispuesto a trabajar para Valverde en el Illes Balears, y el corredor murciano, más entero tras su retirada con la clavícula rota en la decimotercera etapa del Tour, debe dar el salto de calidad en la presente edición, por calidad y equipo.
Carlos Sastre consumará el triplete de las grandes tras su paso por el Giro y el Tour. El madrileño, míster regularidad, llevará los galones en el CSC y en la montaña será protagonista. Como incógnita se presenta Alexandre Vinokourov, ante su gran reto de la temporada, cansado de cargar con las consecuencias de la Operación puerto, entre ellas la eliminación del Tour. Protegido por tres compatriotas, entre ellos Kashechkin y tres españoles, tratará de recuperar el terreno perdido. En el apartado de otras opciones, el ciclismo español mirará con lupa al asturiano Samuel Sánchez, del Euskaltel, destacado en la Vuelta al País Vasco con dos triunfos de etapa. Su compañero Iban Mayo, triunfal en la Vuelta a Burgos, apunta a las cumbres y además otros guerreros como Gómez Marchante, del Saunier Duval darán color a las principales etapas.
De los esprinters no faltará ninguno, a excepción de Oscar Freire. Reaparece el italiano Alessandro Petacchi (Milram) después de su rotura de rótula en el Giro, y se medirá al más rápido del Tour, el australiano Robbie McEwen (Davitamon), con tres victorias. El veterano alemán Erik Zabel, venido a menos en materia de llegadas masivas, dará una nota entrañable.
El recorrido propone cinco llegadas en alto (La Covatilla, Morredero, La Cobertoria, Calar Alto y La Pandera), esquiva lugares míticos como El Angliru, Lagos de Covadonga y Pirineos e incluye dos contrarreloj cortas (Cuenca 33 kms y Rivas, 28). Perfil que favorece a los escaladores, pero sobre todo al que sea capaz de dosificar el esfuerzo y mantenga la regularidad. La Vuelta se estrena en Málaga, la ciudad natal del maestro Picasso, que ofrece su luz y su calor por segunda vez en la puesta de largo de la ronda española. Una contrarreloj por equipos de 7,2 kilómetros servirá para conocer al primer líder. Nace la carrera de la esperanza.
Menchov, que por fin recogió sus laureles como vencedor de la pasada edición y los españoles Pereiro, virtual ganador del Tour tras el fiasco de Landis; Valverde, la referencia del ciclismo nacional y Sastre, un valor seguro de regularidad en la lucha por el podio, son junto al kazako Vinokourov los grandes nombres de la carrera ante su comienzo en la capital de la Costa del Sol. Con los implicados en escándalos diversos a buen recaudo, la Vuelta 2006 se presenta atractiva y con el convencimiento de que se halla ante "una final", ya que otro tropiezo similar al del año pasado, con la descalificación del campeón, Roberto Heras, podría dar la puntilla a un deporte que ya paga la deserción de patrocinadores por las trampas de algunos.
La organización lo sabe, de ahí que haya leído la cartilla del código ético en voz alta ante aquellos débiles de espíritu. 26 inspectores médicos ya trabajan para velar por el cumplimiento del reglamento. De momento los 189 corredores saldrán sin mayor novedad, lo que en estos tiempos, constituye la primera buena noticia. Menchov se presenta "menos fresco que en el Tour", en el que fue sexto, y merece defender el dorsal número uno. Su desgaste en Francia le puede pasar factura en una Vuelta exigente. Oscar Pereiro sufrió los efectos del exceso de popularidad y se confiesa dispuesto a trabajar para Valverde en el Illes Balears, y el corredor murciano, más entero tras su retirada con la clavícula rota en la decimotercera etapa del Tour, debe dar el salto de calidad en la presente edición, por calidad y equipo.
Carlos Sastre consumará el triplete de las grandes tras su paso por el Giro y el Tour. El madrileño, míster regularidad, llevará los galones en el CSC y en la montaña será protagonista. Como incógnita se presenta Alexandre Vinokourov, ante su gran reto de la temporada, cansado de cargar con las consecuencias de la Operación puerto, entre ellas la eliminación del Tour. Protegido por tres compatriotas, entre ellos Kashechkin y tres españoles, tratará de recuperar el terreno perdido. En el apartado de otras opciones, el ciclismo español mirará con lupa al asturiano Samuel Sánchez, del Euskaltel, destacado en la Vuelta al País Vasco con dos triunfos de etapa. Su compañero Iban Mayo, triunfal en la Vuelta a Burgos, apunta a las cumbres y además otros guerreros como Gómez Marchante, del Saunier Duval darán color a las principales etapas.
De los esprinters no faltará ninguno, a excepción de Oscar Freire. Reaparece el italiano Alessandro Petacchi (Milram) después de su rotura de rótula en el Giro, y se medirá al más rápido del Tour, el australiano Robbie McEwen (Davitamon), con tres victorias. El veterano alemán Erik Zabel, venido a menos en materia de llegadas masivas, dará una nota entrañable.
El recorrido propone cinco llegadas en alto (La Covatilla, Morredero, La Cobertoria, Calar Alto y La Pandera), esquiva lugares míticos como El Angliru, Lagos de Covadonga y Pirineos e incluye dos contrarreloj cortas (Cuenca 33 kms y Rivas, 28). Perfil que favorece a los escaladores, pero sobre todo al que sea capaz de dosificar el esfuerzo y mantenga la regularidad. La Vuelta se estrena en Málaga, la ciudad natal del maestro Picasso, que ofrece su luz y su calor por segunda vez en la puesta de largo de la ronda española. Una contrarreloj por equipos de 7,2 kilómetros servirá para conocer al primer líder. Nace la carrera de la esperanza.