L D (EFE) El keniano William Kiplagat sacó provecho de su agresividad y se impuso en la meta con un tiempo de 2h07:42 a su compatriota Josephat Kiprono (2:07.52), vencedor el año pasado. "Me han reventado", declaraba Chema Martínez. "Kiplagat se ha pasado toda la carrera tirando hasta que me han destrozado. He llegado a la meta con varias ampollas en los pies y he sufrido porque hacía mucho viento al final". El madrileño celebra la mejora de su marca en 1:37 minutos y califica de "buena" su actuación. "He hecho todo lo que he podido y la marca es buena, pero todavía no sé qué haré en los Mundiales de París, si el maratón o los 10.000 metros. Lo decidiremos en un plazo de dos semanas. Ahora me voy de vacaciones", apunta.
Kiplagat, de 30 años, obtuvo su primera victoria en maratón al cabo de una sucesión de ataques, el último de los cuales, en el último kilómetro, le sirvió para doblegar, finalmente, a Kiprono, que una y otra vez había terminado por alcanzarlo. Chema Martínez, que corría su segundo maratón, fue el único atleta de raza blanca capaz de resistir el ritmo impuesto por los kenianos en la primera mitad. Roncero y Ríos, que se habían preparado en la altitud del Teide, en Tenerife, no asimilaron el trabajo al nivel del mar y hubieron de abandonar por el kilómetro 15.
Hasta el kilómetro 30 la carrera discurría a un ritmo que podía desembocar en un registro ganador de 2h07, pero en los diez últimos el grupo delantero, formado por un español y seis kenianos, redujo un poco su marcha. Kiplagat atacó en el 37 y se llevó a Kiprono. Martínez cedió unos metros que ya no pudo recuperar, y los dos kenianos se jugaron la victoria en el último kilómetro. Un nuevo ataque de Kiplagat le condujo a la meta en solitario. La carrera se disputó con tiempo soleado, viento contrario en la última parte y una temperatura de 14 grados en la salida.
Kiplagat, de 30 años, obtuvo su primera victoria en maratón al cabo de una sucesión de ataques, el último de los cuales, en el último kilómetro, le sirvió para doblegar, finalmente, a Kiprono, que una y otra vez había terminado por alcanzarlo. Chema Martínez, que corría su segundo maratón, fue el único atleta de raza blanca capaz de resistir el ritmo impuesto por los kenianos en la primera mitad. Roncero y Ríos, que se habían preparado en la altitud del Teide, en Tenerife, no asimilaron el trabajo al nivel del mar y hubieron de abandonar por el kilómetro 15.
Hasta el kilómetro 30 la carrera discurría a un ritmo que podía desembocar en un registro ganador de 2h07, pero en los diez últimos el grupo delantero, formado por un español y seis kenianos, redujo un poco su marcha. Kiplagat atacó en el 37 y se llevó a Kiprono. Martínez cedió unos metros que ya no pudo recuperar, y los dos kenianos se jugaron la victoria en el último kilómetro. Un nuevo ataque de Kiplagat le condujo a la meta en solitario. La carrera se disputó con tiempo soleado, viento contrario en la última parte y una temperatura de 14 grados en la salida.