El Sevilla dice adiós a la Champions al caer en octavos de final ante el Borussia Dortmund, contra el que ha empatado en el partido de vuelta disputado en el Signal Iduna Park (2-2 y 5-4 en el global de la eliminatoria), tras un choque endiablado en el que los andaluces merecieron mejor suerte, sobre todo al comienzo con una presión imparable, y al final, cuando arrinconaron al rival en su área.
El equipo de Julen Lopetegui aprendió de los errores y cambió su vestido para la visita a Alemania. Olvidada ya la goleada encajada en el Camp Nou ante el Barcelona (3-0), para desperdiciar el billete a la final de Copa del Rey, e incluso la derrota en Elche (2-1), el Sevilla salió apabullando a su rival porque no tenía otra opción, si quería tener opciones de remontada tras el 2-3 de la ida en el Sánchez Pizjuán, y porque supo contener el juego de los alemanes. Y murió igual, matando.
Ocampos lanzó el primer zapatazo desde la frontal, no habían pasado ni dos minutos, y Óscar, la gran novedad en el once de Lopetegui, estuvo cerca de conectar una volea ganadora dentro del área. El Sevilla rondaba el gol y lo demostraban los apuros locales, que tuvieron que echar mano de Erling Haaland para achicar agua en su propio área. El noruego, autor de un doblete en el Pizjuán, permaneció en la sombra los primeros compases, incluso sufrió con impotencia un tiro de Suso al lateral de la red, pero a su primer oportunidad llevó la presa a la cazuela.
Fue curioso, pero en la primera ocasión de los locales llegó el 1-0 castigando de manera cruel el esfuerzo de los nervionenses. Los de Lopetegui pidieron falta sobre Suso en el arranque de la jugada, pero el árbitro concedió el gol sin acudir a la pantalla. El partido se puso muy cuesta arriba, pero todavía quedaban 45 minutos para la esperanza. Ese fue el mensaje del técnico sevillista, que no dejó de aplaudir las actuaciones de sus jugadores en la primera mitad.
En la segunda, el Sevilla terminó de morir, pero lo hizo con las botas puestas, siendo mejor que su rival y desplegando un excelente derroche de fuerza y de fe. En diez minutos todo enloqueció. Haaland marcó el 2-0 tras hacer falta a Fernando, pero el colegiado decidió pitar un penalti previo de Koundé. Bono paró el lanzamiento pero tuvo que repetirse por la posición incorrecta del meta marroquí. Haaland, en su segundo intento, no falló y celebró con saña el tanto, riéndose de su rival, el mismo gesto infantil que había tenido Bono con él en su primer disparo.
Un despropósito que hundió casi todas las opciones del Sevilla, pero que no mató el juego de los de Lopetegui. Óscar buscó desde la lejanía recortar distancias, pero fue otro ex del Leganés, Youssef En Nesyri, quien marcó desde los 11 metros. De Jong fue derribado por Emre Can y el tanto aupó a los españoles, que se volcaron sobre la meta de Marwin Hitz para provocar el nerviosismo de su rival. Sin embargo, el gol llegó muy tarde en otro cabezazo de En Nesyri. Ya en el minuto 95, con el partido absolutamente enloquecido.
Los borussers, que sintieron el miedo en el cuerpo, han tumbado al Sevilla en total con cinco goles, cuatro de ellos de uno de los jugadores que está llamado a marcar el fútbol mundial de los próximos años: Erling Braut Haaland.
Ficha técnica
Borussia Dortmund, 2: Hitz; Morey (Meunier, m.90), Emre Can, Hummels, Schulz (Zagadou, m.89); Dahoud, Delaney, Bellingham; Hazard (Passlack, m.67), Reus y Haaland
Sevilla FC, 2: Bono; Jesús Navas, Koundé, Diego Carlos, Acuña; Óscar (Óliver Torres, m.79), Fernando (Rakitic, m.86), Jordán (Papu Gómez, m.60); Suso (Munir, m.86), Ocampos (De Jong, m.60) y En Nesyri
Goles: 1-0, m.35: Haaland; 2-0, m.53: Haaland, de penalti; 2-1, m.68: En Nesyri, de penalti; 2-2, m.95: En Nesyri
Árbitro: Cüneyt Çakir (Turquía). Mostró tarjeta amarilla a Morey (m.20), Haaland (m.55) y Emre Can (m.67), del Borussia Dortmund; y a Acuña (m.40), Koundé (m.51), Joan Jordán (m.55), Óscar (m.71), Fernando (m.76) y Diego Carlos (m.77), del Sevilla
Incidencias: Partido de vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el Signal Iduna Park, en Dortmund (Alemania), a puerta cerrada