Muchas voces lo avisaron: "Que permitan jugar el Liverpool-Atlético de Madrid con público es una imprudencia". Más de 3.000 colchoneros viajaron a la ciudad de los Beatles para apoyar en un Anfield a rebosar a su equipo, cuando en España, ese 11 de marzo, día que se jugó el partido, había 52 muertos y 2.100 infectados por coronavirus. La imprudencia permitida por la UEFA y las autoridades inglesas, comienza a pasar factura.
"Los infectados casi se duplican diariamente aquí como en otros lugares. Todos están y se verán afectados de alguna manera. Por favor, quédense en casa y sigan consejo #savelives", asegura Joe Anderson, alcalde de Liverpool, a distintos diarios locales.
Anderson se lamenta de que se permitiera entrar en el Reino Unido a la afición del Atlético, cuando en Madrid comenzaba a dispararse el número de infectados por coronavirus.
Argumentamos en ese momento que era muy extraño que a los fans de Madrid no se les permitiera entrar a su propio estadio, pero que sí pudieran viajar hasta Liverpool e ir a Anfield. Creo que el Gobierno no tomó medidas firmes lo suficientemente rápido y parecía reacio a hacer algo para preocupar a la gente o afectar la economía en ese momento. No fue una idea inteligente dejar que se jugase el partido y permitir que la ciudad se llenara de aficionados españoles que se mezclaron con los ciudadanos de Liverpool. No fue culpa de los ellos, pero no debería haberse jugado ese partido.