Seguro que ya han visto la imagen un millón de veces. Y seguramente sigan sin entender qué sucedió. Minuto 79 de partido en Anfield. Trent Alexander-Arnold saca rápidamente el corner al contemplar que los jugadores del Barça están pendientes de no se sabe qué –desde luego, no del balón–, y Origi, completamente solo en el área pequeña, anota el 4 a 0. El gol que culmina una remontada histórica. El gol que desnuda al Barça.
Pero hay un punto clave en toda la jugada, más allá de la inexplicable pasividad de la zaga azulgrana: la velocidad con la que el recogepelotas de Anfield devuelve el balón al campo. Fue ese chico quien dio la gran celeridad a la acción, y que permitió que Origi estuviera sólo mientras los jugadores del Barcelona estaban mirando cómo colocarse.
Y ese no fue un momento de improvisación, sino que en realidad estaba todo planeado. El diario británico The Independent ha revelado que los analistas del Liverpool se dieron cuenta durante el partido en el Camp Nou de que los jugadores del Barcelona protestaban y se distraían continuamente después de que se señalaran faltas o saques de esquina en su contra.
Por ello, Jürgen Klopp dio el mensaje a sus jugadores de que, cuando fuera posible, pusieran el balón rápidamente en movimiento, y también, a través del club, a los chicos de la academia que iban a estar en el estadio como recogepelotas. Carl Lancaster, responsable de la coordinación de estos chicos, les dijo que tardaran lo mínimo posible en devolver un balón al terreno de juego nada más salir, aprovechando que en la Champions se permite el cambio de balones, mientras que por ejemplo en la Premier no se puede cambiar de pelota a no ser que el árbitro dé permiso.
Y así lo hizo Oakley Cannonier, el chaval de 14 años que se encontraba en el fondo por el que Sergi Roberto envió la pelota a córner. Nada más salir el balón desviado por el futbolista azulgrana, Cannonier envió el que tenía en sus manos justo hacia la zona del banderín. Ello permitió a Alexander-Arnold colocarlo rápido, mientras los jugadores azulgrana comenzaban a tomar sus posiciones, y sacar aún más rápido, sin esperar a que Shaqiri, teórico lanzador, llegara. El resto, ya los saben: Origi remata completamente solo, y el Liverpool sentencia al Barcelona.
Oakley Cannonier se ha convertido, desde entonces, en un héroe en el club de Merseyside. Graeme Souness, exjugador de la entidad, ya se ha puesto en contacto con la familia del niño –a petición de la afición red– para invitarle a la final de la Champions en Madrid.