La gesta del Liverpool ante el Barcelona en Anfield sigue generando héroes. La afición red –creyó en el milagro de la remontada desde la previa del partido–, Origi –hizo doblete y marcó el gol decisivo–, Alisson –sus paradas mantuvieron la esperanza–, Georginio Wijnaldum –salió en el descanso por la lesión de Andrew Robertson y anotó un doblete, curiosamente sus dos únicos goles en esta Champions–, Trent Alexander-Arnold –aclamado como genio por su picardía al sorprender a todo el Barcelona en el saque de esquina que originó el cuarto gol...– Todos ellos han sido elevados al Olimpo de los dioses.
Pero cómo te van a dejar afuera de la copa con un gol de corner rápido#NeverGiveUp (?)#SanLorenzo pic.twitter.com/fnNgFXndAJ
— Pove (@elmanupove) May 8, 2019
Sin embargo, el mérito de Arnold en ese córner decisivo debe ser compartido, como adelantó Independent, con su entrenador, Jürgen Klopp, y con un niño de 14 años. Los analistas del Liverpool detectaron la semana pasada en el duelo de ida disputado en el Camp Nou, que los futbolistas del Barça se despistaban para protestar cada vez que se producía una falta o un córner en contra.
Klopp, atento a todo, tomó nota y dio una orden a sus recogepelotas: darle el balón muy rápido a sus futbolistas para sacar. Un hecho que demuestra que el teutón no se había rendido a pesar del 3-0 de la ida, un hecho que deja constancia que el milagro de Anfield no se debió exclusivamente al carácter, el alma y la testiculina. Klopp trabajó a destajó para intentar la machada.
Además de Klopp, un niño de 14 años llamado Oakley Cannonier fue clave en el cuarto gol. Su mentor, Carl Lancaster, que entre sus responsabilidades está coordinar el trabajo de los recogepelotas en los partidos, les dio una orden clara a sus muchachos. "Darle a los jugadores el balón lo más rápido posible". Una orden que Cannonier no olvidó. A once minutos del final del partido, Oakley estuvo raudo y veloz para cederle a Alexander-Arnold el esférico en un córner a favor, mientras la defensa del Barcelona estaba descolocada.
A sus 14 años, Cannonier, que juega en las categorías inferiores del Liverpool y que en ocasiones entrena con los juveniles, ya ha hecho historia. Pase lo que pase en su carrera o en su vida, será recordado su papel capital en la victoria más increíble de toda la historia de Liverpool. Un Liverpool que trabajó en equipo para superar las adversidades –las lesiones de Keita, Salh y Firmino y el 3-0 de la ida– y firmar una de las mayores leyendas de su historia.