El Madrid resurge en el momento clave de la temporada. Además de la mejoría del estado físico, del paso adelante de hombres clave como Ramos o Modric, hay dos jugadores que tienen mucha culpa de la mejoría blanca.
Uno de ellos es Karim Benzema, quizás en el mejor momento de forma de los últimos años, se ha echado a su equipo a la espalda. Su incidencia en el juego ofensivo del equipo de Solari es capital. Su mejor socio es el brasileño Vinícius Junior. A sus 18 años, su excelente nivel de juego es una de las mejores noticias para el equipo. Su empuje, su personalidad, sus ganas, han conseguido contagiar y levantar a un Real Madrid que hace un mes sufría un coma profundo.
De la rápida adaptación de Vinícius dos figuras tienen mucha culpa. Una, su entrenador. Solari le dio confianza cuando Lopetegui lo trató como el patito feo. La otra es la de un compañero de equipo. Karim Benzema se ha comportado como un padre para el brasileño desde que el técnico argentino le dio la alternativa en el primer equipo. Karim está muy encima de su compañero, le corrige los movimientos, le anima, le aconseja... El francés sabe de la importancia de la adaptación de un futbolista al Real Madrid para que pueda triunfar, y él se sabe maestro de Vinícius, que es alumno de Karim. En el campo se nota su buena conexión, una conexión que ambos trabajan más allá del césped.