Jürgen Klopp obró la gesta. Su Liverpool consiguió eliminar al actual líder de la Premier y favorito en todas las apuestas para meterse en semifinales, el Manchester City de Pep Guardiola. Klopp es la bestia negra de Pep –se han enfrentado en 14 ocasiones y Jürgen le ha ganado en 8 de ellas–. El teutón estaba radiante en la rueda de prensa posterior al partido.
"Fue una noche difícil, complicada. El comienzo no fue el mejor, ya que les regalamos un gol, aunque sabíamos que ellos empezarían así. Me gustó la reacción inmediata de mi equipo tras su tanto, aunque no conseguimos hacer nuestro partido. Necesitábamos algo de suerte y ser compactos, agresivos y disciplinados en defensa. Teníamos que gritar y mantenernos dentro del partido. Sabíamos que si no marcaban el segundo y el tercero rápido podríamos usar eso a nuestro favor. Sabía que iba a ser una eliminatoria complicada y no tengo nada que reprocharle a mis chicos".
El entrenador del Liverpool tiró un dardo envenenado a Pep Guardiola, un obseso de la perfección: "La Champions League no es de perfección, sino de carácter, agresividad, actitud y resultados. No ha sido nuestro mejor partido, pero este triunfo y la clasificación son merecidos".
El Liverpool, que ganó 3-0 en la ida en Anfield, dio la vuelta este martes al tanto inicial de Gabriel Jesús a los dos minutos y, con goles de Mohamed Salah y Roberto Firmino, se llevó un triunfo por 1-2 del Etihad Stadium que lo clasifica, con un marcador global de 5-1, a semifinales de la máxima competición continental por primera vez desde 2008.