El Real Madrid firmó ante el PSG una remontada de campeón. Los de Zidane consiguieron levantarse tras el gol de Rabiot. El doblete de Cristiano y el tanto de Marcelo acercan a los merengues a cuartos de final.
El PSG, al que le faltó oficio, se vio superado en la recta final del partido. Buena parte de la culpa la tiene Zinedine Zidane –los cambios de Asensio y Lucas Vázquez por Isco y Casemiro– revitalizaron a su equipo. Todo lo contrario que Unai Emery, que una vez más pecó de cagón y vio como le comían la tostada en la pizarra –el mensaje que da a su equipo cuando cambia a Cavani por Meunier es muy claro–.
El Madrid, que supo sufrir en la segunda parte cuando el PSG se adueñó del balón, se apoyó en su afición para coger aire. El Bernabéu apretó como nunca y, al fin, ayudó a su equipo. Hasta Benzema se fue con más aplausos que pitos. Ese aliento final supuso vitamina pura para un equipo que no está en su mejor momento físico.
La suerte, ese extraño elemento que parecía haber abandonado a los de Zidane esta temporada, y el colegiado –el italiano Rocchi se tragó un penalti por mano de Ramos a disparo de Rabiot con 1-1 en el marcador–, terminaron de inclinar la balanza de un partido que puede suponer un antes y un después en la temporada blanca.