El mejor futbolista del Tottenham en el partido, Hugo Lloris. El peor del Real Madrid, Karim Benzema. Con esta combinación se pueden hacer una idea de cómo fue el encuentro y por qué no terminó en victoria local. El campeón de Europa y los Spurs posponen la final por la primera plaza del grupo a dentro de dos semanas, cuando se dispute el choque de vuelta en Londres. Y se intuye otro encuentro igualado. El Madrid, después de mucho tiempo, se encontró con un rival en Europa que le planteó un encuentro donde no estuvieron nada cómodos. Y eso que fue en el Santiago Bernabéu. Aunque, claro, esta temporada eso de jugar en casa no significa mucho.
Los elogios que recibió Mauricio Pochettino en los días previos estaban justificados. El Tottenham, con un presupuesto muy inferior a los dos equipos de Manchester —City y United— o Chelsea, pelea desde hace un par de temporadas por la Premier League gracias al excelente trabajo del técnico argentino. Y, lo que es más sorprendente, no naufraga cuando sale de las islas, como sí le sucede a sus competidores domésticos.
Sin Dele Alli, uno de sus mejores futbolistas, el Tottenham salió con un esquema inédito esta temporada. Y quizá sorprendió a Zidane. Pochettino alineó a cinco defensas y dos delanteros, Fernando Llorente y un talentoso, y brillante esta noche, Harry Keane. Quizá fue este planteamiento o quizá es que el Madrid no está fino desde que batiera al Barcelona en la Supercopa de España. Una, otra o las dos explicaciones dan a entender por qué otro equipo mete mano al Madrid en el Santiago Bernabéu. Éste, el Tottenham, dando argumentos futbolísticos. Pese a las múltiples ocasiones que falló el Madrid, o paró Lloris, el resultado se antoja más que justo visto que los blancos estuvieron incómodos en gran parte del partido y que Keylor Navas también fue decisivo con un par de intervenciones milagrosas. La afición o el palco, quien lo cuestione, que se acuerden de este partido, entre otros, para compensar las críticas ventajistas que recibirá cuando cante algún día, como puede hacer cualquier portero del mundo.
Esta temporada el Bernabéu es como Bill Murray en El día de la marmota. Este partido, ante el Tottenham, ya lo hemos visto varias veces esta temporada. Valencia, Betis o Levante... y eso que estamos a mediados de octubre. Cuatro veces en las que el Madrid se atasca y, a medida que pasan los minutos, se desespera tanto como crece el miedo en la grada y en el césped a otro gol del equipo rival. Ni el Madrid está fino en ataque, ni se siente seguro atrás. Cuando no era una jugada de posesión larga, el Tottenham hacía daño igualmente con un pelotazo. Keane y Llorente necesitaban muy poco para crear peligro.
Cara y cruz para Keane y Benzema
El Madrid fue superior en número de ocasiones pero no así en planteamiento y fútbol. Y todo se iguala más cuando Benzema, el delantero titular e indiscutible, no tiene su día. Otro más. Marca pocos goles y muchos menos de los que debería si tenemos en cuenta en qué equipo juega. Tuvo ocasiones imperdonables en un partido igualado como este. Desde el minuto 4, cuando mandó fuera una pelota sin portero en un rechace blando y al pie tras el cabezazo de Ronaldo al poste y hasta que fue sustituido. En la segunda parte, Lloris salvó con el pie un remate de Benzema a 50 centímetros de la línea de gol. ¿Paradón? Sí. ¿Fallo del delantero? Por supuesto. Muchos habrían cambiado al francés por Keane, que con 24 años tiene un presente y un futuro fantástico.
Y es que Karim es el único delantero del mundo al que no se le juzga por sus goles. Con balón, el Madrid no hizo un mal partido. En realidad, ni bueno ni malo. Quizá suficientemente bueno si hubiera otro delantero.
Keane fue la otra cara de la moneda. El delantero inglés estuvo presente en la jugada del 0-1, aunque el tanto fue finalmente de Varane en propia puerta. El central francés no atraviesa un buen momento. Inseguro, tuvo errores importantes. El caso de Marcelo es diferente. Se le nota falto de físico. Su banda no fue la de otras ocasiones y las pasó canutas para frenar a Aurier, ex del PSG. Por el otro costado, Zidane sorprendió con Achraf, más participativo que acertado.
Benzema seguía a lo suyo. A los minutos, no conseguía ni tocar la pelota un centro de Modric inmejorable. Pero aun así, tampoco se puede negar la calidad del francés. En un par de ocasiones, combinó con sus compañeros con pases o movimientos excelentes. Como pasó en el tanto del empate del Madrid. Antes del descanso, una triangulación en el borde del área terminó con Kroos en el suelo. Acierto del colegiado y tanto de Ronaldo desde los once metros.
Otra pinta tras el descanso
El Real Madrid salió con otro aire tras pasar por vestuario. Presión alta y robando arriba, pero se bloqueaba en los metros finales. Cómo añoran un partido tranquilo. Una goleada y que Zidane pueda mover más el banquillo. Lucas Vázquez y Asensio salieron por Benzema e Isco, aunque quizá demasiado tarde.
A destacar el gran partido de Cristiano Ronaldo. Activo, participativo, acertado en la toma de decisiones y sin más gol porque enfrente estuvo un Lloris inspiradísimo. Como lo estuvo Keylor Navas. Gracias a los dos porteros y a Benzema, el partido terminó en empate a uno.
Ficha técnica
Real Madrid, 1: Keylor Navas; Nacho, Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Casemiro, Kroos, Modric, Isco (Lucas Vázquez, m.87); Cristiano Ronaldo y Benzema (Asensio, m.76)
Tottenham Hotspur, 1: Lloris; Aurier, Alderweireld, Dier, Davinson Sánchez, Vertonghen; Winks, Sissoko (Son, m.89), Eriksen; Fernando Llorente (Rose, m.80) y Kane
Goles: 0-1, m.28: Varane, en propia puerta; 1-1, m.43: Cristiano Ronaldo, de penalti
Árbitro: Szymon Marciniak (Polonia). Mostró tarjeta amarilla a Cristiano Ronaldo (m.32), del Real Madrid; y a Aurier (m.43), del Tottenham
Incidencias: Partido correspondiente a la tercera jornada de la Liga de Campeones, grupo H, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante cerca de 79.000 espectadores