Esta noche en el Santiago Bernabéu el Real Madrid juega contra el Tottenham. Un equipo que tiene el sello de su míster, Mauricio Pochettino.
Los Spurs juegan de memoria, son un hueso duro de roer, tienen calidad para dar y tomar –Dele Alli, un box to box con una potencia descomunal, Eriksen, máximo asistente de toda Europa esta temporada con 22 asistencias, el surcoreano Heung-Min Son, uno contra uno estelar, o el argentino Lamela, visión de juego y desequilibrio– y cuentan con uno de los mejores 'nueves' de Europa: Harry Kane.
El delantero inglés, de 24 años, es puro gol. Esta temporada suma 11 tantos en 10 partidos. En 2017 ha marcado los mismos chicharros que Cristiano Ronaldo, 43. Las dos pasadas temporadas fue el pichichi de la Premier... Excepcional en el remate al primer toque, Kane es un delantero centro moderno completísimo. Ofrece salida tanto cayendo a banda como bajando melones en el carril central, carga el área para dar sentido a las subidas de sus laterales, devuelve las paredes a sus mediapuntas y hasta completa alguna acción individual típica de una estrella. No elimina rivales con su regate, pero sí se hace el hueco para sacar a relucir su latigazo.
Esta noche Kane se presenta en sociedad a la afición merengue. La dirección deportiva blanca ya le tiene fichado desde hace tiempo. El killer inglés gusta, y mucho, a Juni Calafat y su equipo. El Madrid ha llamado a su puerta. ¿El problema? El precio. El presidente del Tottenham no dejaría salir a su mejor perla por menos de 200 millones de euros.
Una cifra que puede parecer desorbitada, pero hay que tener en cuenta que estamos hablando de un goleador Top 3 del mundo y que solo tiene 24 años. Las excelentes relaciones que tiene el Madrid con el Tottenham –Bale y Modric ya cambiaron los Spurs por el Madrid– son otro punto a favor para una operación que ilusiona a Zidane.
De momento, Kane seguirá liderando a su Tottenham y goleando con la selección inglesa –acumula 12 goles en 23 partidos con la absoluta–.