El guardameta español del Oporto pudo hacer más en dos de los tres goles del Besiktas, que asaltó Do Dragao en el inicio de la fase de grupos de la Champions (1-3).
Messi sufrió una falta de Pjanic que consideró merecedora de amarilla. La protestó y agarró por el hombro a Damir Skomina, pero el árbitro sólo le sacó tarjeta por protestar.