La llamada fórmula Robbery, formada por Franck Ribéry y Arjen Robben, se ha convertido a lo largo de los años en algo así como el alma del Bayern y llega en plena forma para el trascendental duelo de mañana contra el Real Madrid, con los dos jugadores en buen momento.
La palabra "Robbery" surgió en 2009, con la llegada de Robben al Bayern procedente del Madrid. El holandés había sido una petición del entrenador de la época, Louis van Gaal, que expresó al deseo de tener un jugador de características parecidas a las de Ribéry en la otra banda.
La fórmula ha tenido momentos mágicos, y el más importante de todos fue el gol de Robben a pase de Ribéry que le dio el triunfo al Bayern en la final de la Liga de Campeones de 2013.
También ha habido momentos en que la dupla ha estado cerca de la ruptura, como ocurrió en la semifinal de la Liga de Campeones de 2012, justo contra el Real Madrid, cuando una discusión en el vestuario desembocó en una agresión física, de la que luego daba testimonio un ojo hinchado de Robben.
La reconciliación, sin embargo, fue posible y los dos jugadores ahora parecen entenderse no solo dentro del campo, sino también fuera de la cancha.
Con los entrenadores que han desfilado por el Bayern los dos han tenido diversas sensaciones. Con Van Gaaal y con Pep Guardiola el holandés parecía sentirse más a gusto que el francés.
Ahora con Ancelotti, así como antes con Jupp Heynckes, el francés ha vuelto a florecer, impulsado por la libertad de la que goza. Pero Robben, que en esta temporada ha sido respetado por las lesiones, también esta cerca de su mejor versión.
Durante un tiempo en Alemania se decía que para enfrentarse al Bayern había que doblar constantemente a Robben y a Ribéry. Era un recurso para desactivar la fórmula "Robbery".
Esa fue, en los enfrentamientos directos, una de las claves del éxito del Borussia Dortmund de Jürgen Klopp que le arrebató al Bayern los títulos de la Bundesliga en 2011 y 2012.
Sin embargo, con el tiempo la aplicación se esa fórmula se ha hecho más complicada, porque si se dobla permanentemente a Robben y a Ribéry termina faltando gente para ocuparse de los otros.
De esa manera, pueden quedar libres hombres como Robert Lewandowski o Thiago Alcántara o, viniendo desde atrás, los laterales Philipp Lahm y David Alaba, que también pueden hacer estragos en la defensa contraria.
Con el paso de los años, tanto Robben como Ribéry se han vuelto más reflexivos en su juego. Ya no buscan la aproximación al área a toda costa, sino que hay momentos en que ponen a circular el balón formando parte de un rondo.
En parte, eso es herencia de la era Guardiola y la obsesión por la posesión que no se ha extinguido, aunque ahora es mucho más matizada.
Ribéry, además, de cuando en cuando se descuelga un poco y se tira al centro y empieza a repartir balones desde la media punta, esperando que Robben encienda la moto y, con frecuencia, busque su gol ya casi patentado con un regate hacia el centro seguido con un remate de pierna zurda.
Con Lewandowski y pendientes de Boateng y Hummels
El Bayern recupera para el partido de vuelta a su killer Lewandowski. Una excelente noticia para Ancelotti que está pendiente del centro de la defensa. Con Javi Martínez sancionado –fue expulsado en el partido de ida–, Boateng y Hummels están tocados y su participación en el Bernabéu es muy dudosa.