El Sevilla cayó eliminado de la Champions tras perder 2-0 en Leicester. Los de Sampaoli se quedan fuera de los cuartos de final por méritos de los foxes, pero, sobre todo, por deméritos propios.
La eliminatoria empezó a perderse en el Pizjuán. Aún con Ranieri en el banquillo, el equipo inglés era un moribundo. Los hispalenses olieron la sangre pero no pudieron hacer una sangría. Tuvieron numerosas ocasiones, incluso un penalti a favor que falló Correa, pero dejaron escapar vivo a su rival (2-1). El guardameta Schmeichel, con sus paradas, y Vardy con su gol, mantuvieron en la eliminatoria al Leicester.
En el partido de vuelta, la igualdad fue la nota predominante. El juego directo de los ingleses, impulsado por su técnico, Craig Shakespeare, incomodaba a un Sevilla que volvió a mandar al limbo las pocas ocasiones que tuvo.
En el minuto 27, a balón parado, llegó el primer gol inglés obra de Morgan. En la segunda parte, Albrighton puso el 2-0. El Sevilla estaba tocado, pero los de Sampaoli no se rindieron. A pesar de las pocas luces de Nasri –entró en la provocación del zorro Vardy y se autoexpulsó dejando a su equipo con uno menos–, los hispalenses dispondrían de una ocasión de oro para forzar la prórroga.
A 11 minutos para el final, Schmeichel derriba a Vitolo dentro del área. En ese momento, se produce una psicosis general en el equipo de Sampaoli. Tras fallar los últimos cuatro lanzamientos de pena máxima y sin Nasri en el campo –elegido por el técnico argentino antes del partido para disparar desde los once metros–, ¿quién iba a tomar la responsabilidad? Las caras de los jugadores eran un poema. Nervios, ansiedad, no pueden tragar saliva... Gracias a las imágenes del Chinringuito de Jugones, podemos saber cómo se gestó la elección del lanzamiento del penalti.
Los momentos previos al disparo de N'Zonzi no tienen desperdicio. La selección del tirador se convirtió en un guión tarantiniano. Vitolo, al que le habían cometido el penalti, se aleja del balón. Un esférico que pide Iborra, uno de los grandes especialistas y capitán sevillista. Jovetic se acerca al de Moncada y le pregunta: "¿Quién lo tira?". Sorprendentemente, Iborra coge el balón pero no para tirar el penalti, sino para señalar al encargado de tirarlo: "Lo tiras tú, N'Zonzi". La cara del francés, un mediocentro defensivo no acostumbrado a lanzar desde los once metros –solo tiró uno– lo decía todo. Acongojado, el galo teledirige su disparo, Schmeichel lo detiene y el Sevilla, una vez más, se queda fuera de los cuartos de final.
El capitán y alma máter del equipo de Sampaoli, Iborra, un jugador que se caracteriza por su garra, se achicó en el momento clave. Sin el elegido, Nasri, él tuvo que tomar la responsabilidad y no meter en un marrón a un compañero. Patinó cuando más se le necesitaba. Una pena.