Sergio Ramos y nada más. No es la letra del nuevo himno del Real Madrid, que podría serlo visto los méritos del capitán, es el triste balance de partido del campeón de Europa en cinco palabras. Ramos puede estar en un mal momento, puede ser responsable de que el Madrid haya encajado goles en 33 de los 42 partidos que han disputado esta temporada. Pero Ramos, en los momentos más importantes de la temporada, es más decisivo que la cada vez menos poderosa BBC. Ha sido decisivo en la Décima, la Undécima, lo ha sido en la posible Duodécima y lo sería en la Trigésima. Es ya, junto a Roberto Carlos, el defensa con más goles (68) en la historia del club. Y para mayor placer de sus aficionados, suele marcar cuando menos lo merece el Real Madrid. Ante el Nápoles no fue una excepción.
La BBC es una lotería
Con la clasificación del Madrid para los cuartos de final, quizá se pase por alto el lamentable partido que realizaron hasta el primer gol de Ramos en el minuto 57. Iban camino de una justa eliminación tras la peor primera parte en Europa desde aquel encuentro que condenó a Illarramendi en Dortmund ante el Borussia. Se dirá que es falta de actitud o de intensidad, y no será así. La cuestión es, y llevando la contraria a Zidane, que el Madrid juega con tres delanteros poco asociativos y que parten al equipo en dos. Justo lo contrario de lo que pasó en Ipurúa hace tres días. A día de hoy la BBC es una lotería. Puede salvar al Madrid en una jugada aislada o condicionarte durante todo el partido con un juego directo sin casi posesión. No es una opinión, es un hecho objetivo.
Salvo un remate de Cristiano Ronaldo al poste, la primera parte fue un monólogo del conjunto italiano. Posesión rondando el 60% hasta el descanso, el Real Madrid encerrado en su área esperando que un pase en largo salvara su inferioridad y el Nápoles con ocasiones suficientes y claras para ponerse dos a cero.
Maurizio Sarri, el técnico azzurro, fue fiel a su filosofía y no la varió pese a asumir riesgos importantes ante el Real Madrid. Impusieron el ritmo previsto desde el inicio. Robaban nada más perder la posesión y no había respuesta más que rezar, esperar alguna jugada aislada —como sucedió finalmente— o cruzarse de brazos y aguantar el chaparrón. ¿Os acordáis de cuando estabais en clase, mirabais el reloj y no pasaba el tiempo? Pues eso le pasó a Zidane desde el minuto uno. Los costados de Casemiro, delante de la defensa, eran constantemente aprovechados por los delanteros del Nápoles para penetrar. Ni Modric ni Kroos cerraban y encima el brasileño perdía su posición de vez en cuando.
Mertens mete el miedo en el cuerpo
Así sucedió en el minuto 23 con el tanto de Mertens. Hamsik, de mediapunta, recibió solo por delante de los centrales sin la oposición del brasileño. Filtró a Mertens y éste definió por bajo a Keylor Navas. No tiene que sorprender que el belga marcara. Lleva 17 tantos en 16 partidos oficiales y el Real Madrid ha encajado 12 goles en la Champions, el doble que toda la temporada pasada.
El conjunto blanco estuvo KO durante muchos minutos tras el gol. Incluso estuvo contra las cuerdas cuando Mertens disparó al poste y el Madrid sólo contestó una vez. Eso sí, con un gancho casi mortal. En la única jugada que cuajaron en la primera parte, Benzema asistió a un Ronaldo que, tras regatear a Reina, envió su disparo al poste. En la primera parte, esta jugada y nada más. Un balance lamentable para una plantilla con tanto potencial. Así, contra el Bayern de Múnich, París Saint-Germain, Atlético de Madrid o Juventus significa estar eliminado.
Ramos apaga el 'infierno'
Pese a que la BBC e Isco eran trending topic, Zidane no cambió nada al descanso. Lo único que varió el transcurso natural del partido fue el balón parado, con Kroos y Ramos como protagonistas. Una conexión que se tradujo en dos goles que apagaron el infierno de San Paolo en cinco minutos. Con el resultado a favor, Zidane ya se atrevió a realizar los cambios. Lucas por Bale, Morata por Benzema —el madrileño acabaría cerrando el partido y la eliminatoria con el 1-3 en el descuento— e Isco por Modric. El técnico francés sonreirá y dirá que esto es fútbol, pero tiene un problema grave. Se llama BBC y se apellida "fútbol". Menos mal que tiene a Sergio Ramos, el Messi de los defensas.
A partir del 1-2, control absoluto de la situación del Real Madrid y hundimiento total de un Nápoles que, lejos de lograr el empate, acabaría recibiendo la estocada final por parte de Álvaro Morata. El Madrid logró ganar en uno de los campos más difíciles de Italia, pero en cuartos, ante un rival de más enjundia, puede acabar pagándolo caro si sigue por estos mismos derroteros.
Ficha técnica
Nápoles, 1: Reina; Hysaj, Albiol, Koulibaly, Ghoulam; Allan (Rog, m.56), Diawara, Hamsik (Zielinski, m.75); Callejón, Insigne (Milik, m.70) y Mertens
Real Madrid, 3: Keylor; Carvajal, Pepe, Ramos, Marcelo; Casemiro, Kroos, Modric (Isco, 80); Bale (Lucas Vázquez, m.68), Cristiano Ronaldo y Benzema (Morata, m.77)
Goles: 1-0, m.24: Mertens; 1-1, m.52: Ramos; 1-2, m.57: Ramos; 1-3, m.91: Morata
Árbitro: Cuneyt Çakir (Turquía). Mostró tarjeta amarilla a Allan y a Diawara, del Nápoles
Incidencias: Partido de vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio San Paolo de Nápoles ante 60.200 espectadores