El Atlético de Madrid ya no es una sorpresa para los equipos más poderosos del continente. Todos ellos miran de igual a igual al conjunto de Simeone que ha llegado a dos finales en los últimos tres años y en ese camino ha dejado atrás a rivales tan importantes como el Barcelona, el Chelsea o el propio Bayern de Múnich en su último choque en la Champions.
En los minutos posteriores a la victoria del Atlético sobre el conjunto alemán varios fueron los jugadores, exfutbolistas y directivos del Bayern que rindieron pleitesía al cuadro madrileño. En la previa, jugadores como Lahm o leyendas como Rummenigge ya avisaron de las intenciones de los germanos aunque fuese un mensaje trampa: "Cuando menos, no perder en el Calderón".
Con el disfraz de víctima llegó el Bayern a la ribera del Manzanares y salió de la misma con ese apelativo tras ser derrotado en la práctica y no en la teoría por el Atlético de Madrid. En zona mixta, jugadores como Neuer no se cortaron a la hora de elogiar a su rival: "El Atlético tuvo el instinto asesino, nosotros no".
Neuer no fue el único que habló maravillas del Atlético tras caer en el Calderón. Arturo Vidal volvió a destacar la "dificultad de encontrar huecos" frente a los rojiblancos, Xabi Alonso confirmó que "visitar el Calderón es muy complicado" y Ancelotti reconoció que jugar ante el equipo del Cholo "es muy difícil".
Fuera del apartado de miembros del primer equipo, el presidente del consejo directivo y exfutbolista del equipo bávaro, Karl Rummenigge, habló en la previa de "no perder" y después de "derrota merecida", mientras que el exguardameta, Oliver Kahn, quiso destacar a Simeone por encima del resto: "El mundo entero tiene que quitarse el sombrero ante Simeone".
En el Atlético, pese a los elogios, están tranquilos y saben que la vuelta en Múnich se presenta como uno de los partidos más complicados del curso en la pelea que, en principio, les haría ser primeros de grupo. Los rojiblancos saben que el victimismo del Bayern se puede acrecentar de cara al partido en el Allianz Arena y no quieren caer en la trampa germana.